Hasta ahora, eran conocidos todos los cambios que vive la mujer gestante, en el físico, así como la parte emotiva y hormonal, pero no se habían hecho estudios sobre los cambios sustanciales en el cerebro, de acuerdo a los hallazgos del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) y de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB).

La disminución de la materia gris en regiones implicadas con las relaciones sociales, fue lo más notorio, pero lejos de pensar que es negativa, esta pérdida abre paso a otras habilidades de la madre que le permitirán fortalecer funciones, para la interacción eficiente con su hijo.

“Creemos que la reducción se debe a un proceso similar a la poda sináptica que tiene lugar durante la adolescencia, donde se eliminan las sinapsis (conexiones neuronales) débiles para favorecer un procesamiento mental más maduro y eficiente”, señaló la investigadora, Susana Carmona.

El embarazo modifica el cerebro de la mujer

 

Los estudios mediante resonancia a mujeres gestantes o que hayan sido madres, revelaron además:

  • Que los eventos como olvidos o “despistes” de una embarazada o una madre, son el mejoramiento de la empatía, desarrollando una intuición afinada en cuanto a las necesidades inmediatas del bebé, y que otra persona no está en capacidad de atinar como la madre.
  • Mejora la resistencia al estrés.
  • Agudiza algunos tipos de memoria.
  • Activación de la oxitocina u hormona de bienestar, que conecta con los circuitos de recompensa y la vinculan más con su hijo. Ejemplo: cuando la mamá huele por primera vez a su bebé.
  • Producción de hormonas al amamantar, en especial en el área relacionada con sentimientos de maternidad y de apego, específicamente en la “preóptica medial del hipotálamo”, volviéndose más activas y sensibles, por ello se entiende que las madres tengan una relación más estrecha con su hijo.
  • Se activan otras áreas relacionadas con el reconocimiento auditivo y facial. Por ello la facilidad de una madre para distinguir el llanto de su bebé, y entre muchos otros, la necesidad de cambiarle el pañal, justo en el momento preciso.
  • Las madres son capaces de catalogar como agradables los olores de sus hijos, frente a otras madres e incluso frente a los padres, por ejemplo ver y oler un pañal para saber cómo está la salud, solo lo haría una madre. Al resto de las personas le parecerá espantoso y degradante.
  • Afinan la capacidad de ver los posibles peligros y están mejor preparadas para hacerles frente.
  • Desarrollan el estado de alerta, relacionado con la oxitocina, que le permite despertar en la noche para darle de comer mientras el padre duerme plácidamente, por ejemplo.

Así que no te preocupes por algunos olvidos que puedan alarmarte, se trata de un acondicionamiento que está experimentando tu cerebro para cuidar mejor que nadie a tu bebé.

 

El embarazo modifica el cerebro de la mujer