A pesar de haber sido el lugar por donde han transitado varias civilizaciones, como una amalgama religiosa, política y social, Afganistán posee en el subsuelo reservas minerales muy variadas y en cantidades nada despreciables, poniéndolo en el ojo de las potencias que lo consideran estratégicamente importante para la seguridad económica de quien la administre.

Materiales

Si bien a lo largo de los siglos, la extracción de minerales ha sido de manera artesanal, incluso hasta rudimentaria, fueron los británicos en el siglo XIX los que hicieron la detección e identificación de los minerales, aunque nunca se inició formalmente.

Posteriormente los soviéticos “tomaron el testigo”, e intentaron cosechar el trabajo de los ingleses después de un siglo, esta vez develando en detalle la abundante riqueza, pero a excepción de unas perforaciones al norte del país, y en las afueras de la capital, todo el trabajo se quedó en la cartografía, debido a la retirada de los rusos en 1989 y la inestabilidad económica del país que no le permitió avanzar por sí solo.

Litio, carbón, cobalto, grafito, silicio, tantalio, potasio, aluminio, uranio, piedras preciosas, tierras raras (como el neodimio, praseodimio o disprosio, usados en la industria eólica y en los autos eléctricos), gas natural, cobre, petróleo y hierro son algunos de los materiales disponibles para su extracción, pero recordemos el difícil acceso, ausencia de salida al mar, la delicada situación política y religiosa afgana.

Otros yacimientos por lo que era conocida son los de oro, esmeraldas, rubíes, turmalina y el mármol.

En cuanto al valor de estos yacimientos, se estima que pueden rondar en los 3 billones de dólares, y pese a su presencia, pocos se atreven a embarcarse en una explotación, sin seguridad jurídica que resguarde la inversión extranjera.

Inestabilidad económica, otro trasfondo del problema de Afganistán

Mapa: https://elordenmundial.com/

 

Vecinos que aprovechan

Sin embargo, China había apoyado a cierto número de talibanes para tener acceso a yacimientos “prometedores”, según afirma Guillaume Pitron, autor del libro “La guerra de los metales raros”, ya que “los chinos no condicionan sus negocios a principios democráticos”.

Y en cuanto a la explotación de cobre por parte de Pekín, se concedió en el 2008 explotar una gigantesca mina de Aynak, cercana a Kabul e intentaban lograr enmiendas para explorar ese yacimiento desde 2015, bloqueado por diferentes razones.

La inestabilidad no garantiza que estos minerales sean la solución económica, porque para ello necesitan de un clima político estable.

Estado incompetente

Ante el vacío de poder y la llegada del grupo terrorista talibán, el país está en una especie de letargo acomodadizo, donde aún el aeropuerto sigue custodiado para que salgan colaboradores internacionales, y ciudadanos temerosos del retroceso de 20 años.

No hay posibilidad para abrir un canal que permita elecciones libres, garantizar el respeto a los derechos humanos, en especial para las mujeres y niñas, ya que la interpretación que le dan los talibanes a las leyes, trasgrede la intención de cualquier mujer en integrarse a la sociedad.

Inestabilidad económica, otro trasfondo del problema de Afganistán