Contribuye a reducir el colesterol, es ideal para consumirse antes y junto con las comidas, ya que prepara el sistema digestivo para funcionar correctamente, mantiene sanas las arterias pudiendo prevenir los padecimientos cardíacos, protege el sistema inmunitario y ayuda a combatir infecciones. Por su alto contenido de Flúor ayuda a prevenir caries y enfermedades bucales, permite reducir los niveles de azúcar en sangre y controlar la presión sanguínea. Colabora a reducir el estrés, activa la mente, permite mejorar la concentración y favorece a la memoria.

Como en todo, es necesario consumirlo de forma moderada, debemos evita beber más de cinco tazas al día, considerando que el consumo excesivo podría acarrear efectos secundarios, debido a la cafeína, también nerviosismo, dificultades para dormir, irritabilidad, frecuencia cardíaca anormal, entre otros. Podemos tomarlo caliente o frío, con limón o alguna otra fruta cítrica como naranja o piña y lograrás un ayudante diurético increíble además de delicioso.

Es un  que se presenta en estado de oxidación en mayor grado que las variedades de té verdeté oolong y té blanco. Las cuatro variedades indicadas se preparan con hojas de Camellia sinensis. El té negro generalmente posee un aroma más fuerte y contiene más cafeína que otros tés con menores niveles de oxidación. El té verde por lo general pierde su sabor al cabo de un año, en cambio el té negro lo retiene por varios años. Por esta razón, el té negro ha sido desde hace mucho tiempo un artículo de mercadeo, e incluso el “té negro compactado en ladrillos” sirvió como moneda de facto en Mongolia, Tíbet y Siberia hasta el siglo XIX.

El té negro se conoce como colorante para las telas al ser preparado con agua caliente, siendo muy popular en clases económicas bajas que no poseían recursos para acceder a cualquier tipo de colorante adicional, lejos de ser una marca de vergüenza podía ser vista como marca de identificación y pertenencia de clases inferiores durante la dinastía Ming. En Europa el té que se importaba era té verde o semi oxidado, en el siglo XIX el té negro le ganó popularidad al té verde, ahora también se utiliza como referencia de ser un té sin leche, de mucha similitud al café servido sin crema.

Al momento de preparar el té, es importante el agua ya que incidirá en el resultado de acuerdo a su calidad, por lo tanto el agua no debe contener mucho carbonato de calcio y magnesio, porque esos minerales le cambiarán el sabor al té, y si usamos agua del grifo debemos evitar el cloro. Otro aspecto es no dejar hervir el agua, si ocurre debemos esperar que baje un poco la temperatura y tener en cuenta cual es la temperatura recomendada por el productor para obtener un té absolutamente maravilloso.

Té Negro = Salud