Pacientes que han experimentado cirugías mayores, suelen tener visiones o encuentros extra corporales, casi siempre son sus seres amados fallecidos.

En 2010 mi esposo sufrió dolores y síntomas de una enfermedad cardíaca, luego de un estudio profundo detectaron que la irrigación de sangre en su corazón era deficiente, con lo cual requería una operación a corazón abierto para sustituir los puentes coronarios; en otras palabras, cambiar sus arterias por otras.

Aquella operación fue planificada, era vital, y por ello fue atendida desde varios aspectos: nutrición, cardiología, psicología y médicos intensivistas. La familia estaba en suspenso pues se trataba de abrir la cavidad toráxica y sustituir las arterias dañadas, esto a causa de una mala alimentación, estrés, tabaco, sedentarismo y estilo de vida no adecuado en un hombre de 46 años, con 1.98m de estatura y al menos 170 kilos de peso. No eran números alentadores y todos lo sabíamos.

Bajo anestesia general

Llegó el 26 de octubre, se realizó el procedimiento como estaba planeado con excelente resultado, pero pasados los días y después de conversar sobre el tema, él confesó que durante su operación, se encontró con sus seres amados ya fallecidos: Relata que se encontró en un lugar muy bello, una pradera con muchas flores de colores y una fuente, percibía una sensación de paz indescriptible, también caía rocío y ahí estaban sus 4 abuelos y un tío; del resto de las personas, aunque veía su silueta, sus rostros no eran definidos. En ese encuentro pudo tocar el cabello de su abuela materna “mamá negra”, y a “mamá Dalia” su abuela paterna, le estrechó las manos. Los hombres le dieron la bendición y su tío Jairo lo saludó, pero cuando quiso conversar, su abuelo “José Natividad” le dijo dándole una palmada en su espalda: “bueno mijo vete, ya que a vos te falta mucho todavía”.  En ese momento, escuchó al médico llamarle por su nombre y decirle que todo había salido bien, que sería pasado a cuidados intensivos.

Evidentemente hubo una separación del cuerpo físico y la conciencia, y aún cuando el corazón estaba siendo “reparado”, el resto de los órganos recibían la sangre durante las 6 horas que duró el procedimiento a través de una máquina externa que garantizaba la vida del resto de sus órganos.

En los años setenta, el psiquiatra Raymond Moody, publicó el libro “Vida después de la vida”, con experiencias de personas alrededor del mundo, pero algunos consideran que los relatos son anecdóticos y lo que en verdad experimentan las personas al morir es algo más amplio, ya que durante el paro cardíaco son conscientes de los hechos, pero al mismo tiempo viven experiencias extra corporales, lo que sucede es que no todos las recuerdan. Así como tampoco todos lograr contar lo que vivieron al levantarse, se cree que aquellos pacientes cuyo corazón vuelve a latir, sufren inflamación cerebral que se prolonga por 72 horas a lo sumo.

El profesor Jaideep Pandit, asesor anestesiólogo de los Hospitales de la Universidad de Oxford, asegura que existe un “tercer estado” alternativo de la conciencia, que se encuentra entre el dormirse y despertarse, y que pacientes con anestesia general pueden experimentar. Lo llamó: “dysanaesthesia, un tipo de conciencia en que el paciente se percata de la cirugía pero no está consciente ni inconsciente”, explica.

 

Fuente:

Semana.com