“La luz con que el relámpago, tenaz del Catatumbo, del nauta fija el rumbo, cual límpido farol”, así inicia el himno del estado Zulia, y se refiere al fenómeno natural conocido como Relámpago del Catatumbo.

El Faro de Maracaibo como se le llamaba, es una de las manifestaciones más impresionantes de la naturaleza; es un ciclo de tormentas eléctricas de nube a nube apreciadas solo durante la noche, entre los meses de abril a noviembre, en la localidad conocida como Ologá, lugar ideal para buscar mariposas en los caños vírgenes, ir en kayak escuchando a los monos araguatos. Allí descarga su poder en un aproximado de 260 días sobre la desembocadura del río Catatumbo que nace en Colombia y termina en el Lago de Maracaibo, en el Estado Zulia en Venezuela, siendo catalogada como el área donde ocurren más relámpagos en el planeta.

Catatumbo “Límpido Farol”

El origen de la palabra Catatumbo proviene de la lengua Catatumbarí y significa “Constante Luz del Cielo”, es un territorio fértil para la producción agrícola y pecuaria, con valiosos recursos naturales y una ubicación estratégica, entre dos países: Venezuela con tierras llanas, ríos, manglares y Colombia, con montañas donde el río nace y origina su nombre. Los mitos y leyendas en torno a este fenómeno son muchos; etnias de la zona le rendían tributo, considerándolo manifestación de las divinidades, los indígenas Barí ofrecen una explicación curiosa: según ellos, se debe a la unión de millones de luciérnagas que tributan a los padres de la creación. Lo cierto es que su destello se puede ver desde la vecina Colombia, Maracaibo y otras localidades a kilómetros de distancia.

Catatumbo “Límpido Farol”

La NASA declara la región donde se genera el “Relámpago del Catatumbo” “Capital Mundial de los Relámpagos” (2/05/2016 boletín de la Asociación Estadounidense de Meteorología-AMS). Reseñado en la serie “Perdidos en el Espacio” de Neflix, también History Channel en su programa Inexplicable, moderado por William Shatner, lo calificó como uno de los fenómenos más asombrosos de la naturaleza, haciendo acreedora del Premio Record Guinness gracias al ambientalista zuliano Erik Quiroga.

Muchos han sido los trabajos que suman información del entorno, tratando explicar el fenómeno y en la “XIV Conferencia Internacional sobre la Electricidad Atmosférica”, realizada en 2011 en Brasil, se mostró una investigación, hecha desde 1998 a 2010, sobre monitoreo de tormentas eléctricas en las Regiones Tropicales del planeta, usando un Sensor de Imágenes de Relámpagos del Satélite TRMM. Los resultados se aprecian en un mapa de alta resolución climatológica, dedicando en su página dos, un capítulo especial a la región del “Relámpago del Catatumbo”, y una serie de características Orogénicas y Climáticas.

Catatumbo “Límpido Farol”
Lightning Storm

Todo es impresionante, pero resulta triste que en 45 casas que emergen del agua, conocidas como palafitos, constituida por 10 grupos familiares emparentados entre sí, mezcla de indígenas y españoles, viven de forma infrahumana, no tienen electricidad, su condición de vida es precaria, a pesar de estar en la mira científica, no reciben ninguna consideración ni del gobierno de Venezuela, tampoco de las universidades, autoridades, ecologistas, ambientalistas ni turistas. Los observadores son eso, observadores que van y vienen sin cambio favorable alguno, salvo el señor Alan Highton, quien desde 1981 dejó su natal Barbados para convivir de cerca con los relámpagos y los pueblos de agua del Sur del Lago. Para ayudarse han improvisado espacios para albergar y preparan alimentos a los visitantes. La situación ideal sería abrir al mundo esta ventana de relámpagos, ofrecer oportunidades para emprender desde el conocimiento y el turismo sustentable, resguardar y divulgar semejante acontecimiento regalo del universo mismo.