La imagen sagrada del Nazareno de San Pablo, se podría decir que es un venezolano más. Así lo sienten y lo viven millones de venezolanos. La veneración hacia esta representación de Jesús a través de una talla de madera, retrata el Vía Crucis o “Camino de la Cruz”, en los aspectos sociales, morales y emocionales de un pueblo.


La obra escultórica data del Siglo XVII, es una talla en madera de pino de Flandes, -una variedad silvestre natural de Asia y Europa, policromada-, y se cree que la hizo el sevillano Felipe de Ribas, aunque no hay evidencias que lo confirmen. Representa la séptima estación del Vía Crucis que corresponde al Miércoles Santo en la religión Católica.

En Venezuela y muchos otros países se venera a Jesús, siguiéndolo en procesión desde los templos en la Semana Santa. Una de las leyendas populares narra que un humilde escultor de origen Canario, llamado Juan Cristian Molinero, fue quien la talló, o al menos así lo enseñaban a los niños en las escuelas. Este hombre le habría preguntado a su obra “¿Qué te falta?”, y entonces se le apareció Jesús y le dijo: “¿dónde me has visto que tan perfecto me has hecho?”, después de ello el hombre sufrió un infarto de la impresión y murió.

El nombre de Nazareno de San Pablo lo adopta porque originalmente era venerado en la iglesia de San Pablo Ermitaño en Caracas; la imagen es consagrada en 1674 y 200 años más tarde, allá en 1880, el presidente Guzmán Blanco, mandó a erigir una Basílica en honor a Santa Teresa, sitio donde se encuentra El Nazareno de San Pablo hasta estos días. Es sin duda, la primera devoción en cantidad de visitantes, se estima que entre la noche del martes y el día Miércoles Santo, alcanza dos millones y medio de personas de todas las edades, quienes acuden ataviadas como El Nazareno, con una túnica morada y un cordón atado a la cintura, para pagar sus promesas y acompañarlo en el recorrido.

El pueblo caraqueño confió su suerte y destino a El Nazareno, y por esta razón, existen muchos relatos en torno a sus milagros, así lo dejó plasmado Carlos Federico Duarte, un importante conservador de arte e historiador local, quien concluyó luego de sus investigaciones, que la talla fue hecha en Sevilla-España, por su espléndido detalle: los ojos tienen una mirada de amor, sus manos un realismo impresionante y la boca entre abierta pareciera decir ¡Perdónalos Señor!

El Nazareno de San Pablo es un venezolano más
Fotografia: Miguel De Freitas / Instagram @madfrev

La epidemia del vómito negro dio pie a la devoción

El inicio de la devoción fue la curación de una epidemia en 1669, cuando llegó al puerto de La Guaira, un barco con 10 esclavos enfermos con el “vómito negro”, al bajar no hubo la precaución de acordonar sanitariamente la ciudad, y la epidemia se propagó rápidamente por todo el país. Fue en ese momento que la iglesia sacó en procesión al Nazareno de San Pablo, y en su paso por una esquina, la Cruz y la mano del Nazareno se enredaron con las ramas de un árbol de limón que sobresalía de una casa, cayendo al suelo muchos limones; la gente lo interpretó como un milagro. Desde ese entonces aquella esquina se conoce como “Miracielos”, dieron a los enfermos el jugo de los limones con agua de Catuche (río que nace de la cordillera del Ávila), y fue un remedio para curar la epidemia. La leyenda dice: “Con agua limpia de Catuche y Limones de “Miracielo” se acabó el vómito negro”. (Tomado del poema de Andrés Eloy Blanco, “El Limonero del Señor”).

También hay relatos acerca de la devoción hacia el Nazareno por parte de José Antonio Páez, “El Centauro de los Llanos”, ex presidente de Venezuela, quien tres años después de la muerte de Bolívar, comenzó a vestirse de nazareno por causas desconocidas, y ordenó la elaboración de una imagen similar,con el tallista caraqueño, Merced Rada, para colocarla en la iglesia del pueblo de Achaguas, en el estado Apure, a partir de 1835.

La tarea de restaurar la obra estuvo a cargo de Manolo Díaz, quien desde Sevilla visitó Caracas para darle seguimiento a esta pieza tan antigua. Es la única en Venezuela a la que se le ha hecho radiografías, confirmando serios daños en manos, pies y cabeza. Un detalle inusual es un disparo que tiene en el pómulo derecho, producto quizás de las revueltas militares y populares que ha sufrido el país. El hecho de haberse quedado sin techo cuando lo mudaron de iglesia, sin hogar, sin túnica y solamente con su inmensa fe, semejan las historias de familias separadas, enfermos sin esperanza, hogares abandonados y un sinfín de situaciones en cada rincón nacional.

La leyenda dice que en la medida que pasen los sufrimientos del pueblo, el Nazareno se oscurece, mientras la situación sea más difícil, El Nazareno se doblega, tal cual ocurre con los venezolanos, en especial los más desfavorecidos. Interpretemos entonces su imagen con respecto a otras alrededor del mundo. Este año se dispuso de una unidad cerrada con cristales que lo trasladó por 43 templos, 178 avenidas de Caracas y Miranda, para que los devotos reforzaran su fe y tradiciones.

El Nazareno de San Pablo es un venezolano más
Fotografia: Miguel De Freitas / Instagram @madfrev

Fuentes

  • https://www.poesi.as/eb162.htm