Estudiado desde 1933, el hantavirus’ está relacionado con las heces de roedores, causando problemas respiratorios en humanos.

Según la publicación Infection Control, los hantavirus infectan las células pulmonares, al igual que el COVID-19. Se transmite a humanos que inhalan el virus de la orina, excremento o la saliva de roedores infectados. Ha saltado la alarma por el fallecimiento de un hombre en China con hantavirus previo, también el caso de una mujer adulta que debió ser hospitalizada en Michigan por una enfermedad pulmonar grave causada por este virus.

Los síntomas son: fatiga, fiebre y dolores musculares, seguidos después de una semana más o menos de tos y falta de aire. El HPS tiene una tasa de mortalidad de alrededor del 40%, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos. Lamentablemente no hay tratamientos o vacunas disponibles.

Hantavirus, otra prueba para el mundo

Los hantavirus normalmente afectan a los roedores; las personas pueden contraer la enfermedad a través del contacto con los roedores o su orina, saliva o excrementos. Las cepas de hantavirus en Europa y Asia han causado fiebre hemorrágica con insuficiencia renal, mientras que las cepas en América han causado el síndrome cardiopulmonar por hantavirus, una enfermedad respiratoria grave, en ocasiones mortal.

“Aunque las infecciones por hantavirus son raras, se espera que aumente en décadas futuras, de acuerdo al incremento en las temperaturas por el cambio climático. Y no estamos totalmente preparados para esta posibilidad”, dijo el doctor Chandran, profesor de microbiología e inmunología del Albert Einstein College of Medicine.

Para algunos virólogos, extrapolar ahora los hantavirus a China y relacionarlo con el COVID-19 es precipitado y falso, alarmista incluso. Especialmente, cuando los estudios existentes lo relacionan con Estados Unidos en ambientes rurales, donde se puede estar más en contacto con roedores.

Hantavirus, otra prueba para el mundo

Hantavirus y colesterol

Otros estudios de 2015, relacionan los efectos de los hantavirus con personas con elevado nivel colesterol en su organismo, según la American Society for Microbiology: “Nuestro trabajo demuestra que los hantavirus son extremadamente sensibles a la cantidad de colesterol presente en las membranas de las células que están tratando de infectar”, dice el autor principal del estudio, Kartik Chandran. “El colesterol parece incidir en la capacidad de los hantavirus para conjugarse con las membranas celulares y acceder en el citoplasma, que es donde todas las ‘golosinas’ producen más virus”.

La prestigiosa revista Newsweek ha descartado que este tipo de virus se vaya a convertir en una pandemia como el COVID-19, ya que los casos de transmisión entre personas son extremadamente raros; sin embargo, la alerta temprana tanto al mundo científico como a los ciudadanos en general, así como para quienes generan políticas públicas, deben apuntar al control de plagas, a la información oportuna, la prevención y en especial a contener los roedores en ciudades, en los depósitos de alimentos, la manipulación descuidada y en el manejo consciente de los desechos en muchos países, pues sería un escenario realmente dantesco que la humanidad se enfrente a otro flagelo como el del COVID-19.