Históricamente los hombres en su deseo de poder han creado disputas interminables, muchas de ellas a costa de la vida de inocentes, pero siempre para llenar el bolsillo de unos pocos.

Un ejemplo de ello fue el imperio británico, comprendido por los dominios, colonias, protectorados y otros territorios gobernados o administrados por Reino Unido, entre los siglos XVI y XX, hasta el año 1997.

Las fronteras No son perfectas
Mapa del mundo en 1886: control británico resaltado en rojo. Wikimedia Commons

Durante las primeras décadas del siglo XX, el Imperio británico abarcaba una población de cerca de 458 millones de personas y unos 35.000.000 km², lo que significaba aproximadamente una cuarta parte de la población mundial y una quinta parte de las tierras emergidas. Ello lo convierte en el segundo imperio más extenso de la historia.

La época culminante del imperio se produjo durante unos cien años (el llamado siglo imperial, desarrollado entre 1815 y 1914), a través de una serie de fases de expansión relacionadas con el comercio, la colonización y la conquista, además de períodos de actividad diplomática. Probablemente, el punto de máximo auge imperial puede situarse entre 1880 y 1930.

En la actualidad

El Imperio extendió la tecnología, el comercio, el idioma inglés y el gobierno británico por todo el mundo. La hegemonía imperial contribuyó al espectacular crecimiento económico del Reino Unido y al peso de sus intereses en el escenario mundial. En la actualidad, países que son potencias mundiales o de una gran importancia política mundial, que son herederos del Imperio británico son: Australia, Canadá, Estados Unidos, India y Nueva Zelanda.

Actualmente Reino Unido posee territorios pendientes por descolonizar, según cuadro de las Naciones Unidad en lo que se conoce como: Islas Turcos y Caicos, Bermudas, Islas Vírgenes Británicas, Anguila, Monserrat, Isla Caimán, Las Malvinas frente a Argentina, Islas Ascensión, Santa Helena y Tristán de Acuña en el océano pacífico y Gibraltar en la península Ibérica.

Geopolíticamente hablando es comprensible que persistan en ocupación de territorios tan lejanos a su suelo patrio, por ejemplo: Las desconocidas islas de Santa Elena, Ascensión y Tristán de Acuña han jugado un papel crucial en la construcción y evolución histórica del Imperio británico. Estas colonias son hoy parte de la estrategia de dominación británica en el Atlántico sur.

Gibraltar

Las fronteras No son perfectas
Gibraltar, vista noroeste hacia San Roque. Wikimedia commons

Diferente a ello y también controversial es el espacio que se extiende a lo largo del peñón de Gibraltar y su estrecho, que separa Europa y África, comunica al mismo tiempo con el océano Atlántico y el mar Mediterráneo. En apenas 7 kilómetros cuadrados, Gibraltar alberga una población de casi 34.000 personas, que se dedican, en su mayoría, al sector servicios, en particular por tratarse de un territorio británico de ultramar, cuenta con un estatus especial dentro de la Unión Europea que no tiene ningún otro país miembro.

En 1704, aprovechando la guerra de sucesión española, la flota británica se hizo con Gibraltar, lo que provocó días después la marcha de su último gobernador español, Diego de Salinas, y de toda la población que no quiso rendir fidelidad a las nuevas fuerzas gobernantes. El tratado de Utrecht —renovado en 1763 con el Tratado de París y de nuevo en 1783 con el Tratado de Versalles— hacía expreso el reconocimiento, por parte de Reino Unido, de Felipe V como rey de España a cambio de la cesión de Menorca y Gibraltar a los británicos. Se ponía así fin a un conflicto entre dos potencias que en aquel momento eran hegemónicas con la condición de que, si alguno de los dos territorios dejaba de ser británico, España tendría la opción y el derecho a recuperarlos.

Gibraltar es un punto estratégico

Las fronteras No son perfectas
Vista hacia Morocco desde la cima de “Roca Gibraltar” Wikimedia Commons

Gibraltar es un punto estratégico, es el punto de paso marítimo más importante del Mediterráneo hacia el océano Atlántico.

Resulta irónico que la potencia colonizadora que fue España, en especial en el continente americano probó una cucharada de su mismo chocolate, esta vez a manos de los ingleses.  Insisto que las fronteras no son perfectas, son muchas veces descuidadas en beneficio de aquel que las observa, las detalla y se las apropia.  Desde el Peñón las armas británicas hacen sentir su poderío, como se observa en la gráfica, de manera que difícilmente el Reino Unido abandonará este territorio.

Fuentes:
Pinteres.es, netmaps.es, wdl.org, elordenmundial.com, cronicaeconomica.com