Michael Ryan, director de emergencias de la Organización Mundial de la Salud (OMS), afirmó que lanzar dosis de refuerzo contra COVID-19, es “lanzar un chaleco salvavidas a quienes ya tienen, y dejar ahogarse a los demás”, e insiste en el beneficio de compartir el conocimiento sobre el desarrollo y producción de las vacunas para erradicar la pandemia.

Virus que evoluciona

El Director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, hizo una crítica a los líderes mundiales diciendo: “un liderazgo nacional fuerte sería comprometerse plenamente con la equidad de las vacunas y la solidaridad mundial”, hecho que salvaría vidas y detendría las variantes.

“No podemos y no debemos aceptar que países que ya se han servido de la mayoría de las vacunas utilicen aún más dosis, ya que los países más vulnerables siguen desprotegidos”, concretó.

Comentó sorprendido que las vacunas de Johnson & Johnson hechas en Sudáfrica, serían dirigidas a Europa, donde ya se ha vacunado a gran cantidad de su población, en lugar de aplicarlas en los países africanos menos favorecidos económicamente.

“Instamos a Johnson y Johnson a priorizar urgentemente la distribución de sus vacunas en África antes de considerar el suministro a los países ricos que ya tienen suficiente acceso”, dijo.

Lucha desigual frente al COVID-19 abre puertas a variantes del virus

Prevalece el egoísmo económico

Países como Chile, Uruguay y República Dominicana están colocando una dosis de refuerzo a su población, cuando otros países de la región apenas despegan en sus procesos de vacunación, pareciera que el egoísmo prevalece entre lo que debería ser la solidaridad humanitaria, siendo que la globalización que vivimos permite el contagio a mayor velocidad.

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Fracaso de COVAX

Según Gavin Yamey de la Universidad de Duke, en Estados Unidos, describió a COVAX como “una hermosa idea, nacida de la solidaridad, que desafortunadamente no dio los frutos esperados”, recibiendo fuertes críticas de países de América Latina como Cuba, Guatemala, Uruguay y Venezuela.

Tres potenciales compradores barrieron a COVAX en EU con 7 acuerdos de 6 compañías y garantizando 800 millones de dosis, para el 140% de su población. Reino Unido hizo negocios con 5 de 6 marcas para cubrir el 225% de sus habitantes y la Unión Europea logró 2 acuerdos para comprar 500 millones de dosis. Estos números dejan ver por qué otros países no han recibido vacunas y cuánto tiempo tienen que esperar.

En este sentido COVAX, que debía recibir dinero de países desarrollados para negociar y distribuir, se quedó relegado porque las negociaciones fueron directas y solo tenían que esperar que estuvieran listas.

Por ello, la ONU instó a los países desarrollados a donar vacunas a los más necesitados, observando el fracaso que ha significado el sistema COVAX. Según Yamey, era de presumir que los países ricos buscarían acuerdos directamente con los fabricantes, pero se esperaba que invirtieran en COVAX, como un plan B para asegurar la vacunación.

“Nadie está a salvo, a menos que todos estemos a salvo”, advierte la OMS en su sitio web.