Según la experiencia de médicos y especialistas en biodescodificación, los pacientes esperan a lo último para venir a consultar sobre algún padecimiento, y no se dan cuenta durante meses, su cuerpo le da señales inequívocas de un padecimiento.

Las enfermedades son un producto entre las emociones contenidas y el alma, y a través de la biodescodificación, podemos identificar las causas de las dolencias, por ejemplo:

La gripe, sucede cuando el cuerpo no llora, tiene que sacar la pena de alguna manera.

El dolor o irritación en la garganta, ocurre cuando tenemos muchos asuntos atorados que no podemos expresar.

El estómago quema por las penas que nos guardamos en el interior y no expresamos por temor a ser juzgados.

El corazón se debilita cuando no encontramos un rumbo y nos sentimos perdidos.

Nuestro cuerpo grita, lo que la boca calla

La Diabetes nos ataca cuando llenamos la soledad con azúcar y comidas que nos engordan y nos dañan.

La obesidad ocurre cuando la ansiedad llega.

El dolor de cabeza aturde cuando las dudas crecen.

El pecho oprime cuando la cólera y el orgullo aprisionan y no nos dejan perdonar.

La presión se eleva cuando el miedo y la incertidumbre crecen.

La fiebre quema cuando las defensas ya no resisten y caen.

Las rodillas duelen cuando el peso de las preocupaciones que cargamos nos supera.

El cáncer nos derrota cuando perdemos las ganas de luchar por nuestra vida.

El Herpes Labial, resulta cuando tienes emociones contenidas y no las exteriorizas.

Axilas quemadas, comprenden a problemas de desvalorización de nosotros mismos.

Nuestro cuerpo grita, lo que la boca calla

Sabiendo esto podríamos afirmar que la enfermedad no es mala, por el contrario, avisa muchas veces cuando el camino es el equivocado, así podemos tomar las acciones a tiempo; es por eso la importancia de prestar atención a todas las señales que nos da nuestro cuerpo, no dejar que pase el tiempo, ni esperar que el mal nos consuma. Ante el primer signo de alerta, debemos explorar las emociones, y no guardarlas jamás.

Si algo te lastima, dilo, no lo calles, pide perdón a tiempo, no guardes rencores, escucha y tendrás una vida más plena.

El cuerpo humano es sabio, y conoce todas nuestras preocupaciones y emociones. Todas las vidas nos han enseñado que es mejor esconder lo que sentimos, pero no es verdad, pues lo que guardamos a largo plazo nos enferma

Debemos revalorizar las emociones, ser consciente de las emociones y expresarlas, es decir: bailar más a menudo. La gente está mucho tiempo en lo emocional, pero son emociones procuradas: futbol, cine… Un malestar compartido disminuye a la mitad, continúa compartiéndolo y acabará desapareciendo. Una felicidad compartida se multiplica por dos.

Nuestro cuerpo grita, lo que la boca calla

Fuente: Christian Flèche “Cada órgano dañado responde a un sentimiento