De origen oriental, busca el ki o energía del cuerpo para armonizarlo en su interior. El ki transita vías energéticas como ríos, pero cuando el pensamiento se enfoca en rabia y tristeza, ese río se obstruye y deja de fluir, ocasionando problemas para conciliar el sueño, dolor en el pecho, aceleración del ritmo cardíaco, sudoración y manos frías.
Es importante conocer esos bloqueos, para ello tenemos diagramas con meridianos imaginarios para capturar nuevamente la paz. Esta técnica se ejecuta con las palmas y dedos de la mano, en especial con el pulgar, ejerciendo presión en esos “meridianos energéticos”, que coinciden con los de la acupuntura.
Tips:
Sin prisa, ropa cómoda, respiración consciente y colchoneta en el suelo.
Conexión para recibir, sentir el calor de la mano del terapeuta en su ombligo, escuchar su propio latido, calmar los pensamientos y conectarse con el cuerpo.
Masaje rítmico, balanceado y suave, la presión de las manos y dedos trae quietud y paz, no importan los problemas y ansiedades, este ritual ayuda con casos agudos o crónicos.
Pasos:
Preparación: estiramiento de costado, para relajar y energizar la cadera, colocándose de costado con las piernas flexionadas y manos apoyadas en la cadera y cerca de la axila, se tira con suavidad como alejando las manos, para estirar lo más posible. No es inmediato, es importante dar tiempo a que sienta que se va aflojando la articulación y desaparece la tensión acumulada.
Sincronización de la respiración: Colocado boca arriba, el terapeuta hace contacto con la persona, el ritmo de las respiraciones se equilibra, el paciente siente la calidez de su colchoneta. El terapeuta busca estar en el “aquí y ahora”, requisito para ubicar al paciente en su realidad. La mano derecha del terapeuta en la línea media del cuerpo del paciente, entre el esternón y la boca del estómago. Reposa la palma de su mano para sentir el pulso sanguíneo y la tensión acumulada. Su práctica de años le traduce lo que el cuerpo transmite.
La mano del terapeuta encontrará el equilibrio como una llave que abre el resto de los meridianos, su pulgar izquierdo ubicado en la cara anterior del antebrazo del paciente, sobre un punto de acupuntura del canal del pericardio.
Meridiano del corazón: toma la mano del paciente y tira hacia arriba, esta es otra manipulación del Shiatsu junto a las presiones, abriendo así el canal del corazón, que va por la parte interior de la axila hasta la uña del dedo meñique, ya que el corazón es la morada de las emociones. Si es fuerte con sangre abundante, la vida emocional es equilibrada. Si es deficiente reflejará la angustia y ansiedad. Recorriendo el meridiano con la presión de los dedos y la palma de la mano se compensan los desequilibrios.
Esternón y estómago: el terapeuta regresa donde detecta ansiedad, con sus pulgares relaciona el esternón con el estómago, solamente hace presencia, movilizando la energía estancada en algún punto vinculado a las emociones. Frustración, rabia o culpa son barreras que impiden fluidez. El cuerpo se ayuda del sistema digestivo para asimilar los sentimientos.
Yin Yang en cabeza: trabaja la ansiedad detrás del paciente, el terapeuta trabaja en la entre ceja, y es que calmar la mente y combatir la ansiedad son su fuerte, además la cabeza agradece el contacto, las yemas de los dedos calman la intranquilidad.
Vemos cómo se hace.
