Una nueva Ley de Derechos de Autor, amenaza con regular una práctica que empezó siendo un hobbie, pero que ahora es un negocio muy lucrativo (al menos, para los talentosos).

Lo que diré a continuación es una exageración, pero en caso de que hayas estado viviendo bajo una roca todo este tiempo, aquí va una breve introducción al Cosplay.

¿Qué es el Cosplay?

El nombre viene de la expresión “Costume play” (Interpretar disfrazado). En términos simples, es vestirse como un personaje de cómic, libro, película, serie, videojuego. Pero, es algo más que tu típico disfraz de Halloween.

El cosplay empezó siendo una práctica popular en convenciones, entre los fans de ciertas franquicias. Pasó a formar parte de las extravagancias de algunos Otakus (que merecen su propia nota) y evolucionó hasta transformarse en toda una subcultura. Hoy día es incluso un arte.

Para tener éxito, un cosplayer profesional debe tener en su haber un gran abanico de habilidades: conocimientos de diseño, edición fotográfica, interpretación y carisma, son algunas. Pero sobre todo, debe contar con una gran cantidad de tiempo y dinero para poder lograr su objetivo, lograr una similitud tan impresionante con el personaje elegido, que no haya duda alguna de quién se trata.

Es un arte digno de admiración que además inspira emociones.  Cuando el cosplay es bueno, es ver como tu personaje favorito cobra vida delante de tus ojos, en carne y hueso.

¿El cosplay infringe los derechos de autor?
Cosplays hechos por @alysontabbitha

¿Una práctica inofensiva?

El hecho de que hoy día el cosplay implica una serie de prácticas, cuanto menos, cuestionables.

La mayoría de quienes han hecho del cosplay una carrera, se ganan la vida vendiendo fotografías impresas (Prints)  usando los trajes que hicieron. También venden patrones imprimibles y material didáctico (Libros) para que otros cosplayers puedan elevar su nivel de juego.

No es algo que me afecte. Tampoco puedo decir que esté libre de pecado, porque en la última convención a la que fui me hice con un par de prints y pagué por una foto con la cosplayer de turno. También sigo y aprecio a algunos de ellos.

¿Por qué de repente digo que es algo cuestionable? Para entenderlo, hará falta hacer una comparación que tal vez suene exagerada al principio.

Los cosplayers que lucran de la forma ya antes mencionada, incurren en el mismo delito que los comerciantes que venden mercancía pirata, falsificadores de arte y  Youtubers que reciben dinero por videos donde reaccionan a un capítulo entero de alguna serie: Infracción de derechos de autor.

Si, hay una gran cantidad de trabajo, esfuerzo y creatividad detrás de la creación de un buen cosplay. Pero ¿Quiénes son los únicos que salen beneficiados? Los cosplayers.

¿El cosplay infringe los derechos de autor?
Cosplay oficial de Eivor, Assasin’s Creed: Valhalla. Hecho por @maul_cosplay.

Una nueva ley pretender regular el cosplay para evitar las infracciones de derechos de autor.

Si la comparación anterior no sonó tan descabellada para ustedes, entonces no les sorprenderá lo siguiente:

Recientemente, en Japón, se está considerando añadir una reforma en la Ley de Derechos de Autor. Esto permitirá a los creadores exigir una tarifa de parte de los cosplayers. Y no es poca cosa.  Los cosplayers más exitosos pueden llegar a amasar la cantidad de $ 500.000 dólares al año.

La fuente de este dato es Matt Alt, Co-fundador de Altjapan, localizador de videojuegos y mangas japoneses. 

De acuerdo con Kyodo News, la reforma afectará sólo a los cosplayers que reciben ganancias con el uso de los personajes. 

El futuro del cosplay: el siguiente paso en la evolución.

¿Significa esto que el cosplay dejará de existir? No. Evolucionaría. Hay muchas alternativas para esta comunidad emergente de artesanos. Los mejores entre los mejores ya las ponen en práctica.

Algunos ya han dado un paso adelante y comenzaron a vender accesorios originales o productos propios.

Otros entablan relaciones comerciales con compañías, que les pagan para elaborar un cosplay determinado, o los autorizan para hacer uso del personaje en cuestión.

Y eso es excelente.

Sin embargo, Kyodo News menciona algo más sobre esta potencial reforma. Señalan que si tú, siendo cosplayer, compartes tus fotos en redes sociales, puedes sentirte a salvo. Pero si llegas a recibir algún tipo de compensación económica, hay una posibilidad de que también infrinjas la ley de copyright.

Esto último, no deja de ser preocupante. Porque el cosplay, es sólo una parte de la enorme área gris llamada Fanart. Que engloba desde fanfics, comics, dibujos; hasta cómics independientes, hechos por fans. ¿El peso de la ley caerá también sobre ellos? Esperemos que eso no suceda.