El opositor ruso, Alexei Navalny, luego de una huelga de hambre que empezó el 31 de marzo, y con serias afecciones de salud luego de su polémico envenenamiento, fue transferido a un hospital de prisión este lunes, así lo estableció su abogado a los medios internacionales.

Todo aparenta a que el cuadro de salud de Navalny esté comprometido seriamente, cuando sus aliados – los cuales no han tenido acceso al prisionero opositor desde la semana pasada – han alegado que se preparaban para “malas noticias” acerca de su salud. Como respuesta, se organizan multitudinarias protestas – las cuales han sido proclamadas como ilegales por parte del gobierno ruso – a celebrarse a final de esta semana.

¿Quién es Alexei Navalny?

Navalny, es un reconocido activista anti-corrupción, líder vocero en denunciar las riquezas acumuladas por oficiales de alto rango del gobierno ruso, catalogándolos reiteradas veces como “ladrones y estafadores”. Navalny fue condenado recientemente a una condena de dos años y medio por supuestamente haber malversado fondos, sentencia a la cual numerosos agentes internacionales han acusado de viciada.

El 20 de agosto del 2020, Navalny fue envenenado – aparentemente – con alguna toxina mezclada con un té que ingirió ese mismo día. El vuelo en el que viajaba desde la ciudad de Tomsk hasta Moscú tuvo que hacer un aterrizaje de emergencia en Omsk, donde fue hospitalizado inmediatamente, conectándole un respirador artificial.

Luego, fue trasladado a la ciudad de Berlín donde se especuló haber sido envenenado con un inhibidor de la acetilcolinesterasa. Una vez tratado regresó a Rusia en enero del 2021, inmediatamente arrestado por las autoridades.

El 31 de marzo, Navalny empezó una huelga de hambre como protesta radical ante lo que él mismo señaló como la negativa de las autoridades de la prisión en proveerle un tratamiento para los fuertes dolores que padecía en su pierna y espalda.

El caso de Navalny ha sido de repercusión internacional una vez se dio a conocer el envenenamiento del opositor en agosto del 2020. Su delicado estado de salud, huelga de hambre y sólidas informaciones sobre su internación en el hospital carcelario llegan en un momento crítico para el gobierno de Vladimir Putin, aconteciendo apenas una semana luego de las severas sanciones impuestas por los Estados Unidos.

Una semana atrás, el hackeo de SolarWinds, una compañía asesora de seguridad, víctima de un ataque cibernético liderado por el gobierno ruso el cual comprometió la información de nueve agencias federales norteamericanas. Como represalias al ataque ruso, la Casa Blanca expulsó diplomáticos rusos y prohibió la compra de bonos soberanos del banco central ruso por parte de entes americanos.

Las protestas oficiales internacionales han sido numerosas, preocupándose países como los Estados Unidos, República Checa y el Reino Unido han aplicado presión a Rusia para constatar la salud de Navalny y garantizar su vida. Los aliados de Navalny aseguran que al hacer oficial su ingreso al hospital confirman un delicado estado de salud que “ni sus torturadores pueden callárselo”.