Una importante asociación valorada en más de $1000 millones entre la Comisión Europea y Bill Gates, por medio de su vehículo para el desarrollo de energía sustentable aceleraría la carrera por conseguir tecnología limpia más viable para una adopción masiva de las compañías del viejo continente. El plan se pacta en primera instancia con esa cantidad de inversión por un tiempo de cinco años, entre el 2022 y 2026.

La ambición de este plan es conseguir algo que durante varios años ha sido la piedra más grande en el zapato de la multimillonaria campaña entablada por los gobiernos y compañías en cumplir con la adaptación masiva de la tecnología sostenible en el planeta. Y es que la principal adversidad que se presenta es el alto costo de los recursos sostenibles, haciendo el consumo de energía fósil más económico.

Ante esta problemática, los proyectos europeos que están aliados desde un principio con el nuevo plan pactado con el fundador de Microsoft se enfocarán en cuatro sectores. Estos sectores son priorizados debido a su capacidad y efectividad de reducir las emisiones de agentes contaminantes. Los sectores primordiales son: hidrógeno verde, combustibles sostenibles para aviación, captura directa de aire y almacenamiento de energía de larga duración.

La organización que maneja los fondos de Bill Gates destinados al desarrollo sustentable es Breakthrough Energy Catalyst, y no es la primera vez que la fundación se una en estrategias de desarrollo con la Unión Europea. Una incursión en el 2019 invirtió 100 millones de euros en fondos en el continente, inversión que parece diminuta comparada con la actual.

Breakthrough Energy Catalyst es un programa de financiación fundado por Bill Gates cuyo motivo de función es acelerar el desarrollo y posterior adopción de tecnologías que logren disminuir la emisión de carbono. Una economía creciente que priorice el bajo consumo de carbono es la meta para que los resultados puedan apreciarse.

Se puede entrever que la etapa de desarrollo de tecnología de bajo consumo ha demostrado sus capacidades, pero esta importante inversión se enfoca en la siguiente etapa, y es la preparación del panorama donde las compañías vean el atractivo de adoptar tecnologías limpias al constatar que su costo de adopción ha disminuido.

El bloque europeo es uno de los mayores emisores de CO2 del planeta y desde hace varios años ha tomado cartas en el asunto. La Unión Europea se planteó el Acuerdo Verde Europeo, que establece al 2050 como año tope cuando Europa logre cero emisiones de carbono.