La guerra entablada por el gobierno de la India contra las gigantes tecnológicas norteamericanas parecía mermarse, pero el caso de Twitter demuestra lo contrario. La popular red social está cursando el segundo semestre de un año desastroso dentro del país asiático, frente a un futuro tumultuoso, amenazado gravemente por un posible cataclismo legal.

Entre Silicon Valley y la India la distancia marca un amplio tramo, pero las compañías más relevantes para el desarrollo tecnológico mundial han ocupado buena parte del 2021 en la India, lidiando con soluciones frente a las nuevas leyes y exigencias del gobierno con respecto a la seguridad de la información de sus habitantes.

La India vela por la protección de la información

Los nuevos lineamientos establecidos por la burocracia india establecen que el contenido en línea debe ser regulado, y por ende las compañías norteamericanas dentro del mercado de consumo indio deben responder ante peticiones y demandas. Asimismo, a las compañías se les exige al menos 3 representantes residenciados en el país.

La campaña de expansión global liderada por las Big Tech ha sido controversial e investigada por entes reguladores de países en distintos continentes. Las compañías tecnológicas observan los mercados como una sublime oportunidad de ganancias y dominio, pero ausentando preocupaciones acerca de las consecuencias o efectos que sus plataformas tengan en distintas sociedades y culturas.

Réplicas de las tecnológicas

La perspectiva en contraparte de las tecnológicas estadounidenses apunta directamente a las intensiones del gobierno de la India, tildándolas de autoritarias. Compañías como Facebook, Google, Twitter y demás temerían otorgarle extensivo poder de discreción al gobierno, ahora teniendo las herramientas legales para monitorear y censurar a la oposición política.

El caso de Twitter

La disputa emprendida por la India contra las grandes tecnológicas empezó con WhatsApp a raíz del cambio de políticas de privacidad e información de sus usuarios, desde este punto las exigencias se ampliaron y agravaron contra demás desarrolladores de aplicaciones. En el caso de Twitter, la red social es a la que más ha confrontado la autoridad india.

Lo que es interpretado por expertos como un agigantamiento del autoritarismo en la India, obligó a Google y Facebook a cumplir con los requisitos y asignar los representantes competentes que harán frente a las autoridades dentro del país, sin embargo, Twitter aún no ha dado una respuesta concisa.

La situación es compleja y la encrucijada para Twitter se basa en dos inhabilidades paralelas: la inhabilidad de comprometerse de lleno en cumplir con las exigencias del gobierno y la inhabilidad de irse en contra y desafiar a las autoridades de lleno. Lo cierto es que mientras su competencia tomó concretas decisiones, Twitter no podrá hacerlo cuando tampoco podrá proceder a medias.

El accionar intermitente de Twitter con respecto a la situación con las autoridades mina el campo de potenciales aliados quienes no podrán defender a la compañía estadounidense en la cruzada del gobierno. Considerable culpa de su situación actual es la imposibilidad de Twitter de entablar sólidas alianzas en la región, a diferencia de Google y Facebook.