El mundo laboral experimentó una transformación asombrosa y sin precedentes causada por la pandemia del COVID-19. Se registró que 1.1 billones de personas ahora trabajan desde casa. Las drásticas medidas de restricción para combatir la propagación del coronavirus llevaron a las empresas a mandar a sus empleados a laborar remotamente, presenciándose uno de los cambios de movimiento humano más rápidos de la historia.

Los humanos tuvieron que depender completamente de la tecnología para atender negocios y cooperaciones entre equipos de trabajo. El trabajo remoto, que en un punto en la historia llegó a ser una opción más que una obligación, fue responsable de mantener activa a dos tercios de la actividad económica alrededor del mundo.

Los números registrados reflejan increíbles resultados del trabajo remoto forzado, disparando las estadísticas de personas que laboran desde el hogar de 350 millones en el 2019 a 1.1 billones apenas un año después. Una tendencia con claros indicios de incrementar a corto plazo.

Casi instantáneamente el número de humanos laborando remotamente sobrepasó la marca de mil millones, las compañías y empleadores dieron un giro de 180 grados con respecto a las flexibilizaciones en las condiciones de trabajo de los empleados.

El 87% de los ejecutivos entrevistados por Accenture Technology Vision acordaron que el trabajo remoto es una importante ventaja multilateral dentro de las compañías además de ser una óptima herramienta para abrirse al mercado de talentos difíciles de captar.

Sin embargo, el status quo que inminentemente reclamará el trabajo remoto podría encontrar serias adversidades si las compañías no entablan una estrategia eficiente para adoptar nuevos mecanismos de gestión de trabajo que se fundamenten en la labor desde casa.

El futuro próximo parece estar condicionado por la nueva realidad de la labor desde casa. El principal antecedente fue la opción de traer tu propio dispositivo al trabajo, donde el ejercicio laboral se condicionaba en mejores métodos cuando el empleado usaba sus propios equipos gestionados y financiados por cuenta propia.

Ahora, el panorama evolucionó a una nueva tendencia donde ya no es necesario traer tu propio dispositivo al trabajo, sino traer tu propio ambiente al trabajo o viceversa. La adaptación de las compañías a esta nueva realidad cursó su primer año – a pesar de ser forzado por una pandemia mundial – y en sus venideros periodos deberá acoplarse en cada uno de los distintos ámbitos al hecho de que los humanos hoy en día prefieren trabajar desde sus hogares.