Frente a la amenaza de la tercera ola de contagios del COVID-19 en Europa, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, ordenó un tercer aislamiento nacional. Ordenó que las escuelas se mantuvieran cerradas por al menos tres semanas, todo ante una nueva ola masiva de contagios que amenaza con colapsar los hospitales franceses.

La lenta distribución de la vacuna en suelo europeo y una creciente tasa de mortalidad de esta nueva ola de contagios de hasta 100.000 decesos, han motivado a Macron a renunciar a sus planes de mantener a Francia abierta en búsqueda de recuperar y proteger la economía nacional.

A principios de año, Macron se plantó la meta de evitar ordenar un nuevo aislamiento estricto, como especuló sería posible recuperar la economía luego de la crisis causada por la pandemia en el 2020. Sin embargo, la creciente tasa de contagios en el continente y a nivel local surgió como un severo cambio de planes.

Francia, país que logró mantener las aulas escolares abiertas por más tiempo durante la pandemia en comparación a otros países europeos, obligará a los alumnos a ver clases de manera remota durante una semana, antes de las festividades que durarán dos semanas más.

VACUNACIÓN MÁS RÁPIDA

El número de infectados en Francia creció dramáticamente desde febrero, viéndose duplicada a 40.000 casos de contagio. Los pacientes en cuidados intensivos superaron la cifra de 5.000, cantidad que representa un pico que se alcanzó en el país durante el aislamiento de seis semanas en el 2020 a comienzos de pandemia.

Francia entrará en su tercer aislamiento por COVID-19

Macron estableció que las jornadas de vacunación debían acelerarse, las cuales se han atrasado por escases de recursos, alcanzando solo el 12% de la población vacunada. El presidente francés aseveró que la meta de vacunar a 30 millones de personas para finales de junio sigue en pie, priorizando a la población mayor de 60 años a vacunarse en abril y los mayores de 50 en mayo.

Este nuevo aislamiento preocupará a los empresarios en Francia, calculando un cierre forzado de 150.000 negocios que se estima puede llegar a costar hasta 11 mil millones de euros al mes, como lo estableció el ministro de finanzas francés. Cabe resaltar que Francia es la segunda economía dentro del bloque europeo, lo que compromete también las esperanzas de la Unión Europea de una salida rápida de la crisis económica causada por el COVID-19.