Cuando la inflación atormentaba los mercados y economías convencionales, el comercio electrónico se mantuvo prácticamente inafectado, hasta ahora. Lo que para millones era la tierra prometida donde los precios decrecían, hoy en día está siendo sacudida por el aterrorizante incremento de los mismos. El valor de los productos en internet, en los Estados Unidos y parte de Europa, se mantuvo en una tendencia decreciente entre 2015 y 2019.

La inflación en el internet no es una desgracia o crimen causado por una misteriosa fuente, las investigaciones e interpretaciones complejas son innecesarias cuando existe un solo causante: el COVID-19. El Índice Económico Digital de Adobe señaló que los precios en línea empezaron a subir desde marzo del 2020, cuando inició la pandemia.

Entre junio del 2020 y 2021, este periodo de 12 meses experimentó una subida del 2.3% en los precios del comercio electrónico global en una tendencia que continúa. Las estadísticas relacionadas demuestran un comportamiento en los mercados completamente distinto al comportamiento previo a la pandemia, cuando los precios decayeron un 3.9% anual entre 2015 y 2019.

Entre los rubros donde los precios incrementaron exponencialmente, los más afectados son: vestimenta con +15.26%; drogas sin prescripción +5.66%; artículos deportivos +3.54%; libros con +2.26%, etc.

La presencia del fenómeno económico en mercados digitales es un asunto que debe tomarse con cierta preocupación, cuando los reportes de inflación en general arrojados por las principales economías del mundo sugieren que la situación está lejos de apaciguarse. Lo que se dedujo como un “fenómeno temporal” podría alargarse más de lo estipulado.

La inflación en línea aviva en consternación porque cuando los precios en los mercados en línea bajan, esto logra entrever que los niveles de inflación están mejorando hacia niveles “sanos” para la economía. Pues, está sucediendo todo lo contrario mientras los habitantes alrededor del mundo se enfrentan a innumerables adversidades económicas causadas por el coronavirus.

Los precios que decaen hacen del comercio electrónico más barato que el comercio formal en los mercados reales. Es más económico porque el proceso de encontrar las páginas web ofreciendo las ofertas adecuadas es fugaz y sin esfuerzo. Los compradores no tienen siquiera que levantarse de sus camas para consumar compras considerables.

Por muy “transitoria” que puede ser la inflación en economías sanas, precios altos en internet son alienígenas en el ecosistema. Desde disrupciones en las cadenas de suministros, incontables modificaciones de itinerarios y hasta la escasez global de chips han sido señalados como culpables de la problemática.

Los precios en internet son más bajos de lo normal porque más personas hacen vida en la plataforma de Amazon en un momento preciso que la cantidad de personas que pueden estar dentro del mercado físico más grande del planeta. Cuando hay mayor cantidad de potenciales compradores se instalan más vendedores. La dinámica de oferta y demanda abarca terrenos más amplios, porque una compra de monto alto siempre puede estar a solo un click de distancia.