Jeff Bezos, fundador de Amazon y quien había ocupado el puesto de CEO de la gigante compañía tecnológica por más de dos décadas, dejará el puesto para otorgárselo a Andy Jassy. A partir de este lunes, un cambio de timón en el manejo de Amazon la llevará al siguiente nivel, en un proceso que empezó como un portal web de venta de libros y ahora es un hito en la historia tecnológica humana, valiendo $1.75 trillones.

El comunicado de Amazon anunciando la ida de Jeff Bezos ocurrió en febrero, estableciendo el 5 de julio como fecha donde Bezos dejará de ocupar el puesto de CEO y asumirá un puesto ejecutivo. La compañía alegó que su fundador deseaba ahora dedicarle más tiempo a otros de sus emprendimientos, como la compañía de desarrollo aeroespacial Blue Origin y el icónico diario Washington Post.

Bezos aún tiene el mayor poder sobre Amazon

Aún cuando la presencia de Bezos ante el ojo público en referencia a asuntos de Amazon disminuya, a consecuencia – o beneficio – de ceder el puesto de CEO, el magnate tendrá una imponente influencia en la compañía. Jeff Bezos, además de ser mentor de Andy Jassy y de asumir el liderazgo de la junta ejecutiva, también es poseedor de la mayoría de las acciones de Amazon.

Este movimiento ocurre en un momento crítico para la compañía. El COVID-19 y su subsecuente pandemia viraron las expectativas de Amazon hacia niveles estratosféricos a causa de la exponencial demanda creciente de sus servicios, incrementando igualmente las ganancias y búsqueda de contrataciones.

¿Amazon se ha vuelto demasiado “grande”?

No es para desestimar, la realidad actual de Amazon es sumamente positiva, el sueño de cualquier compañía. Sin embargo, este crecimiento explosivo ha llamado la atención de entes reguladores financieros, quienes han establecido un punto de vista que abre debates acerca de la situación: Amazon podría estar creciendo desmedidamente.

En los últimos años las tecnológicas estadounidenses se han encontrado con múltiples adversidades ante los reguladores financieros locales e internacionales. Las sospechas sobre presuntas prácticas de estas compañías para aventajarse en los mercados tecnológicos han encendido las alarmas de las instituciones antimonopolios alrededor del planeta.

Contar con el multimillonario número uno de la Tierra como el CEO de la compañía es un hecho que fácticamente asoma un banderín de atención frente a los ojos vigilantes de los reguladores. El cambio de CEO es un movimiento oportuno no solo por el prometedor futuro de Amazon aprovechando la bonanza post-COVID, sino también es un movimiento que blinda a la compañía contra movimientos de reguladores antimonopolios.