En las últimas décadas hemos escuchado reiteradas veces el término “realidad virtual”, observándolo como algo extraordinario y fuera de nuestro alcance. Lo cierto es que cada vez está más cerca gracias al desarrollo en nuevas tecnologías y la construcción de realidades del “metaverso” en las que los humanos pueden experimentar más allá de las pantallas y el 3D.

La inclemente búsqueda de este desarrollo en la realidad virtual cesó de ser emprendida por visionarios o pequeñas compañías pioneras; ahora son gigantes como Facebook, Apple, Microsoft y demás quienes corren hacia el horizonte donde les espera el premio al primer capitalizador de cualquier motivo que tenga un ser humano en gastar su tiempo representado en dinero y colocarse un equipo de Oculus VR.

Las prioridades aparentan ser cristalinas para Mark Zuckerberg, CEO de Facebook, quien en una conferencia con analistas de la compañía hizo énfasis en una sola cosa: el “metaverso”. La fijación del magnate tecnológico en este elocuente término se concretó a partir de más de dos docenas de menciones en dicha conferencia.

Pero, ¿qué es el “metaverso”?

El metaverso no es más que el universo artificial al que una persona estará inmersa al utilizar la realidad virtual. Suponiendo tener una reunión de trabajo, la cual se realice en una sala de conferencias virtual en vez de una pantalla compartida de Zoom. Un encuentro con aquel amigo que vive al otro lado del mundo en un café virtual. Todo lo que engloba estos escenarios y el ecosistema que lo hace posible, es el referido metaverso.

Lo que previamente fuese criticado en películas distópicas de ciencia ficción, hoy en día es para las compañías de Silicon Valley lo que era la Luna para la NASA a mediados del siglo pasado. No obstante, ante un presente de este universo – fáctico y palpable – donde Facebook quiere convertirse en el señor del metaverso, las realidades del mundo parecen ser un grave contraste.

Expertos en el tema y desarrolladores de las tecnologías detrás de la realidad virtual acuerdan en un aspecto primordial: la experiencia no sería igual para todas las personas. Qué es lo que impediría a las compañías como Facebook – la cual remunera por medio de publicidades – crear una VR premium para el que invierta más en la plataforma, cuando en la actualidad millones de jóvenes gastan miles de dólares en juegos que sirven de prototipo para el VR, como Fortnite.

La realidad virtual causa revuelo y discusión con múltiples adeptos y detractores. Quienes lo ven como el próximo paso en la evolución tecnológica son cuestionados por quienes creen que la humanidad no está lista para hacer inmersión en ella. Lo único completamente certero es que las gigantes tecnológicas están a décadas y miles de millones de dólares para alcanzarlo.