La recuperación de la economía mundial luego de la pandemia del COVID-19 sin duda es una excepcional noticia. Sin embargo, al existir nuevos incentivos y reanudaciones de distintas industrias que estaban paralizadas a lo largo de la pandemia, acontece un aspecto negativo que debe tomarse con total preocupación: una inflación indetenible.

Con la recuperación económica, las personas empiezan a gastar en grandes cantidades, reactivando el movimiento de dinero en las distintas sociedades. Es debido resaltar el reinicio de actividades de industrias que por mucho tiempo se mantuvieron paralizadas como la industria de viajes y hotelería.

Los precios están subiendo a causa de este regreso de la actividad comercial. El índice de precios del Bureau of Economic Analysis de los Estados Unidos subió en un 3.6%, este índice rastrea los gastos de los norteamericanos en la primera economía del mundo. Este salto hacia el 3.6% es el más alto desde el 2008, año de la grave crisis financiera mundial.

Los países que conforman la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos, donde forman parte las potencias del mundo, están experimentando un incremento exponencial de los precios desde abril, arrojando números que no se habían visto desde el fatídico año del 2008.

La inflación que se ha especulado desde que se empezó a prolongar los lapsos de periodos de cuarentena en el mundo, ha sido como el monstruo que aqueja debajo de la cama de las economías. Los economistas asumen que un crecimiento desmedido de los precios conllevaría a un escenario donde los consumidores se priven de gastar.

La energía, como industria en general, ha sido una de las que más ha sufrido este disparo de precios, en los países del OECD en general la inflación en este rubro se situó en un 3.3% en comparación al 2.4% que se registró en marzo.

La llegada de la inflación no es algo imprevisto, era un conocimiento más realista que especulativo. El asunto, su llega por inminente fue imposible de apaciguar y esto representa una adversidad bastante compleja para los líderes mundiales. Para aquellos con salarios tabulados y estáticos, el incremento de los precios representa un duro golpe al poder adquisitivo.

Es imposible tener certeza en la duración de la inflación, el Fed de los Estados Unidos aclaró que se trataba de algo temporal. Sin embargo, existe la hipótesis que si no es bien manejada esta tendencia de incremento en los precios podría extenderse y perjudicar gravemente a los trabajadores y compañías.