Aclamado por muchos y reprochado por otros, el VAR llegó para quedarse en el apasionante fútbol de Sudamérica, a su paso incendiando un fútbol ya colmado de polémicas decisiones arbitrales. La realidad es que poco se tardaron en hacerse sentir las nuevas tecnologías luego de consternar a las multitudes con reprochables actuaciones en los principales torneos de la CONMEBOL.

Desde que los sudamericanos pateamos la pelota hacia un arco desde hace más de un siglo, las disputas e interpretaciones de jugadas han formado parte de esta cultura deportiva universal. La llegada del profesionalismo y los árbitros debió ser suficiente para asentar y respetar las reglas del dinámico deporte, pero los antecedentes históricos demuestran lo contrario.

El VAR o Virtual Assistant Referee (Referí Asistente Virtual) se creó como un sistema sofisticado que supervisa todo lo acontecido en la cancha por medio de las múltiples cámaras instaladas. Una especie de Gran Hermano omnipresente en cada jugada y al cual el árbitro principal dentro del campo puede consultar cuando sea requerido. Del mismo modo, el VAR puede llamar al árbitro en caso de revisión.

En la FIFA el VAR representa una epifanía, “¿por qué nunca se nos ocurrió antes?” pero lo cierto es que la simulación de Sterling en la semifinal de Eurocopa 2020 contra Dinamarca, la cual fue pitada como penal para Inglaterra – a último minuto de prórroga para llevar a los ingleses a la final contra Italia – es viva demostración que Europa nunca estuvo a salvo del penoso criterio arbitral.

Era verídico – más que fatalista o cínico – asegurar que al suceder errores de tal envergadura en Europa, con mayor facilidad y proliferación sucederían en esta región del planeta. Las predicciones de cientos de expertos parecen haber acertado y la evidencia está en los dos bastiones de la CONMEBOL: Copa América y Copa Libertadores.

La última edición de la Copa América quedó cincelada en el recuerdo de los fanáticos; además de la consagración de la Argentina de Messi, está la polémica arbitral. Colmada de paupérrimas participaciones de jueces centrales, especialmente en los partidos: Colombia vs. Brasil; Chile vs. Paraguay; Brasil vs. Chile y Brasil vs. Perú.

Apenas cinco días luego de culminarse el torneo, la CONMEBOL publicó un informe con respecto a la actividad del VAR en la Copa América. Un informe que sería sumamente práctico y hasta sorpresivo por la seriedad que entrevería en el análisis futbolístico sudamericano si no fuese por… el resultado de “100% de efectividad” que aclamó obtener la confederación con el uso de la tecnología.

Inmortalizado en la Copa América 2021, el interesante VAR siguió dando de qué hablar en el otro gran bastión de la CONMEBOL: la Copa Libertadores. Aunque la herramienta no hace vida en fase de grupos, los octavos de final marcaron el inicio de su empleo y como aspecto que no huye de la naturaleza, los partidos de ida en octavos fueron drásticamente condicionados por el VAR.

Boca Juniors vs. Atlético Mineiro en la Bombonera. Gol de Diego González que fue anulado por una inexistente carga sobre un defensor del cuadro brasileño en la jugada de anotación. Tanto el árbitro principal, el colombiano Andrés Rojas y su compatriota y colega asistente del VAR, Derlis López, fueron suspendidos por haber “incurrido en errores graves” según la CONMEBOL.

Del mismo modo, el duelo entre Cerro Porteño y Fluminense se condicionó por un gol anulado al equipo paraguayo. Un supuesto fuera de juego fue consultado con la sala de vídeo del arbitraje y se procedió a revertir la decisión. Sin embargo, el juicio de los asistentes del VAR no tomó en cuenta una evidente habilitación por parte de un lateral de Fluminense.

Los acontecimientos más recientes, aunados a un inexistente penal para Palmeiras contra la Universidad de Chile en la misma fase de Libertadores, bastaron para cuestionar el ejercicio de la herramienta de asistencia arbitral.

Los críticos románticos del fútbol apuntan al VAR como un aniquilador de la esencia del balompié. A este grupo se unen aquellos que aseguran que el deporte seguirá con las mismas fallas de juicio central en Latinoamérica, solo con distintos tintes de polémica. Por otra parte, están los directivos de la confederación y respectivas federaciones nacionales, quienes aparentan estar solos con la defensa del VAR como una herramienta tecnológica óptima que arroja un “100% de efectividad”.