Los talibanes son miembros y combatientes del Talibán, una facción política y paramilitar originada en Afganistán con una ideología fundamentalista islámica suní. La actual organización se formó como un grupo de las guerrillas muyahidines en la guerra soviética – afgana y luego se alzó contra el Estado Islámico de Afganistán a comienzos de la década de los 90.

Orígenes del Talibán

Iniciando la década de 1970, cuando se libró la intervención soviética en Afganistán y las distintas etnias y grupos rebeldes se resistieron bajo el manto muyahidín, aparecieron los primeros talibanes. Su propia interpretación de la sharia o ley islámica – en un tono fundamentalista y violento – y su accionar bélico y de control social auspició negativamente al Talibán entre la población civil, enemigos e inclusive sus propios aliados.

La guerra civil afgana y la victoria de los talibanes

La guerra contra las fuerzas soviéticas culminó con la victoria de los rebeldes y se fundó el Estado Islámico de Afganistán en 1992. Pero la desestabilización del nuevo gobierno fue apresurada cuando los talibanes se apoderaban de 12 de las 34 provincias afganas en 1994. Tal era la magnitud de la ofensiva de los “estudiantes” (significado de la palabra talibán en pastún) que en 1996 obligaron al señor de la guerra Ahmed Shah Massoud a retirarse de la capital Kabul. Massoud se dirigió al norte del país donde formaría la Alianza del Norte.

La Alianza del Norte

El Talibán, con ayuda de Pakistán, Arabia Saudita y quien sería el líder y fundador de Al Qaeda, Osama Bin Laden, se hizo con el dominio de Afganistán en 1996. La resistencia de Massoud fue ardua con su Alianza mientras el líder militar pedía al Parlamento Europeo y potencias occidentales intervenir en la guerra.

Massoud alertó acerca de una información recibida por sus agentes de inteligencia sobre un presunto ataque terrorista en los Estados Unidos. El líder de la Alianza del Norte moriría en una explosión provocada por dos yihadistas suicidas disfrazados de periodistas. El asesinato de Massoud ocurrió dos días antes del atentado a las Torres Gemelas del 11 de septiembre del 2001. Al Qaeda, indispensable aliado de los talibanes, fue responsable del atentado.

A menos de un mes del 11 de septiembre

Los Estados Unidos, como represalia del atentado y en búsqueda del paradero de Osama Bin Laden, bombardearon Afganistán el 7 de octubre del 2001. La intervención norteamericana fue una gigante ayuda a la ofensiva del ejército del fallecido Massoud y la Alianza del Norte derrocó al Talibán en Kabul para luego establecer un gobierno provisional a finales del 2001. Estos sucesos marcaron una escalada en la guerra contra el terrorismo.

La coalición formada por Estados Unidos, Reino Unido, Canadá y demás países del OTAN formalizaron su cooperación con la Alianza del Norte. Los talibanes se retiraron de Kabul el 13 de noviembre y consecuentemente abandonarían otras principales ciudades afganas como Jalalabad y Kandahar ante los masivos ataques.

La recuperación de los talibanes y la guerra de Waziristán

Los talibanes se dispersaron por todo el territorio afgano y dentro de las regiones colindantes de Pakistán. Los grupos sobrevivieron en la clandestinidad por medio del narcotráfico – la producción de amapolas es importante en Afganistán – y el apoyo de grupos tribales en espacios recónditos de las montañas.

El momento clave de su resurgimiento ocurre en septiembre del 2006 cuando Pakistán reconoció el Emirato Islámico de Waziristán, una región con hondos vínculos con talibanes. El cambio de discurso de Islamabad, cuando se transforma de la guerra hacia la diplomacia daba a entrever las dimensiones de la recuperación del poder e influencia del grupo.

Capitalización del descontento popular

El regreso – no tan incógnito – de los talibanes ocurría mientras continuas fallas obstaculizaban el accionar del nuevo gobierno afgano. El secreto a voces de un gobierno corrupto e ineficaz para estabilizarse incrementaba el descontento de la población. La occidentalización de Afganistán nunca llegó a solidificarse a pesar de las multimillonarias inversiones internacionales para su progreso.

Con el pasar de los años las capacidades talibanes llegaron a la instancia de poder robar y comprar el armamento y suministros del ejército afgano. Lo mismo sucedió en Irak en el 2012 y 2013 cuando el ISIS adquirió numerosos equipos bélicos y vehículos blindados de las fuerzas armadas iraquíes sin el mayor esfuerzo.

Muere el Mulá Omar

En el 2013, el jefe talibán y antiguo emir de Afganistán, el Mulá Mohammed Omar, murió misteriosamente en un hospital de Pakistán. A pesar de no reconocer la muerte de Omar, los talibanes asignaron a su segundo al mando Akhtar Mohammed Mansur como nuevo líder. Familiares de Omar sospechan su envenenamiento, señalando a Mansur como artífice.

¿Quiénes son los talibanes?

Mulá Mohammed Omar. Fuente: https://defonline.com.ar/afganistan-afirma-mullah/

Colapso de facto del gobierno y retiro de tropas

El resurgimiento talibán, la corrupción del gobierno afgano y la voluntad de los Estados Unidos de retirarse del país ante el inclemente gasto de casi dos décadas llevó a las partes a negociar en los últimos años. Iniciando el 2020 en Doha se le propuso a los talibanes cooperar en partes de 11 a 10, con un leve margen de minoría, con el gobierno. Los talibanes firmaron acuerdos de paz con EE.UU. pero se negaron a la cohabitación con el gobierno. El 14 de abril del 2021 la OTAN anunció el retiro de sus tropas de Afganistán.

Los talibanes regresan a Kabul y se proclama el Emirato Islámico

El asedio talibán fue masivo y velozmente tomaron varias ciudades. El lunes pasado, el Washington Post publicó extraoficialmente estimaciones de las agencias de inteligencia norteamericanas con respecto a la situación. Las comunicaciones establecían 90 días para la caída de Kabul, otras estimaban 30 días. Seis días después de la publicación se consumó la toma de la capital.

El presidente Ashraf Ghani abandonó el país el mismo día y las embajadas fueron evacuadas. Se instauró el nuevo Emirato Islámico de Afganistán y el Mulá Abdul Ghani Baradar fue proclamado nuevo presidente del país. Baradar es cofundador del movimiento talibán. Fue capturado en una redada en el 2010 y liberado en el 2018 como acuerdo de las negociaciones.

El día después

El progreso de Afganistán, a pesar de ser accidentado, se encaminaba con la ayuda occidental. En el momento de la invasión del 2001, existían un puñado de computadoras en el país. Hoy en día la modernización de la población y el uso de la tecnología en la vida cotidiana son un hecho.

El regreso de los talibanes al poder implicaría la destrucción de torres de telecomunicaciones, computadoras, televisores, radios y demás; tal como sucedió en 1996 cuando dominaron por primera vez. Los talibanes prohíben la música como también las comunicaciones “incontroladas” entre mujeres – inaceptable para un talibán – por lo que el uso de teléfonos celulares seguramente será regularizado.

Cómo es vivir bajo el dominio talibán

La sharia – la implementación del Islam como ley – aplicada por los talibanes es repudiada internacionalmente por su inclinación ultra ortodoxa. La ley se aplica de forma pública, por lo que los castigos físicos, fusilamientos, ahorcamientos y mutilaciones se infligen en las calles y en estadios como demostración a las masas.

Asimismo, los derechos de la mujer serán cercenados. Bajo estos estándares las mujeres deben usar burqa, cubriéndose completamente. Tienen prohibida la educación después de los 10 años, el deporte, aplaudir, pintar, fotografiar. En el pasado el transporte público se separó en un transporte exclusivo para hombres y otro para las mujeres. Las ventanas de las casas se cubren para que las mujeres no puedan ser vistas.

En su historial los talibanes emprendieron múltiples masacres y exterminios a etnias chiitas y hazaras. Los últimos son considerados por los talibanes como “sub-humanos”. Existen registros que demuestran la involucración de Al Qaeda en los exterminios acontecidos durante el dominio talibán. La fortificación inminente de Al Qaeda en territorio afgano tendrá consecuencias graves en el tablero de la guerra contra el terrorismo.