Los robots aspiradores Roomba de iRobot son de los más recurridos en el mundo, pero sin duda no son los robots más inteligentes. A pesar de ser excelentes aspirando el piso – precisamente para lo que fueron fabricados – es importante reconocer que en el mundo del desarrollo robótico no existe tal cosa como la perfección, es por esto que el nuevo j7+ resuelve numerosos problemas del pasado.

iRobot mantiene al pequeño aspirador como su prioridad, enfocando la mayor parte de sus recursos y tiempo en la línea del Roomba. Aunque muchos consideren que la limpieza del piso del hogar no es una tarea que requiera tanto esfuerzo ni atención, iRobot se prioriza optimizar las habilidades de este robot aspirador en cada generación que se lanza.

La optimización del Roomba refiere al uso de un nuevo set de sensores que hacen del aspirador capaz de recordar por experiencia, es decir, el robot reconoce la zona de limpieza luego de haberla limpiado anteriormente y podrá denotar y responder ante cualquier novedad, como algún mueble que se haya cambiado de lugar o la puerta de una habitación que nunca se había abierto antes y que ahora el Roomba irá a explorar.

Un percance mayúsculo que la compañía interpreta y gira en torno es la identificación y evasión de ciertos objetos que históricamente han dificultado la eficiencia de los Roomba. Según la misma iRobot, los dos tipos de objetos que resultan ser una odisea para el aspirador son los cordones o agujetas y… excrementos de mascotas.

Cuando un aspirador automatizado se toma con unos cordones o agujetas las consecuencias no son tan desagradables comparadas con la eventualidad de toparse con excremento. Solo basta recurrir a Google para encontrar el estado final de un Roomba y el suelo cuando esto acontece. Por suerte, iRobot solventó esta problemática.

La compañía requirió de su equipo de desarrollo tecnológico crear modelos sintéticos de excrementos de distintas dimensiones y formas. Estos modelos de desperdicio biológico fueron capturados en fotografías que fueron llevadas a interpretaciones 3D en computadoras.

Otro aspecto en el que se trabajó en el Roomba j7+ es la capacidad del robot de adaptarse a la actividad del usuario, desarrollando un itinerario propio para no obstaculizar la actividad humana dentro del lugar. El nuevo sistema también ofrece un estimado de tiempo para que el usuario tenga conocimiento de cuanto tardaría una limpieza específica.