Volkswagen ha considerado seriamente incursionarse de lleno en la fabricación de automóviles eléctricos, pero qué tan serio lo consideraba pudo ser una duda en los últimos años, duda que ahora queda disipada. Volkswagen ha anunciado que realizará un rebranding en los Estados Unidos, haciéndose llamar ahora “Voltswagen de América”.
¿Voltswagen?
Lo que empezó simulando una broma del día de los inocentes en los Estados Unidos parece ser más serio de lo que los expertos consideraron. Sin embargo el emblemático fabricante de automóviles alemán adoptará este cambió en el nombre de su marca a partir de mayo de este año.
Con un minúsculo cambio de una simple letra en su nombre, el intercambio de la “K” por la “T” representa en realidad un gigantesco turno en cuanto al mero sentido de la marca. Volt que en su traducción del inglés significa “voltio” hace referencia al uso de energía eléctrica en el automóvil, diciéndole adiós al nocivo uso de motores de combustible fósil.
El automóvil de los voltios
Ahora, Voltswagen – costará un poco acostumbrarse – aclama que este cambio en su nombre radica en la necesidad que tiene el fabricante alemán en demostrar su compromiso en una inversión futura en los automóviles eléctricos. En este elocuente cambio en el juego de palabras, es importante resaltar que “Volkswagen” en alemán significa “el automóvil de la gente”… Por lo que se puede intuir que este nuevo énfasis se dirige al “automóvil de los voltios”.
Scott Keogh, CEO y presidente de Voltswagen (¿Volkswagen?), alegó que siempre han intentado hacer autos eléctricos para millones, no para los millonarios. “Este cambio de nombre significa un guiño a nuestro pasado como el vehículo de la gente y nuestra actual creencia firme en que nuestro futuro está en ser el vehículo eléctrico de la gente.” Añadió también Keogh al resaltar en las serias intenciones de Volkswagen para el futuro.
Este anuncio de cambio de nombre por parte de Volkswagen concuerda con la llegada de su nuevo SUV eléctrico a los Estados Unidos. Este nuevo vehículo eléctrico llega a Norteamérica con un precio de $33.995 – sin contar impuestos -. Esta gama de precios que se especulan lleguen a los Estados Unidos motiva directamente la necesidad por parte de la ensambladora alemana de fabricar en suelo americano, lo que haría el precio final del vehículo ensamblado más accesible para mayor número de personas a diferencia de importar los autos al país.
