El billonario fundador de Microsoft Bill Gates esta apoyando financieramente el desarrollo de una tecnología que potencialmente podría reflejar la luz solar fuera de la atmosfera de la tierra, provocando un efecto de enfriamiento global.

El Experimento de perturbación controlada estratosférica (SCoPEx Stratospheric Controlled Perturbation Experiment), lanzado por científicos de la Universidad de Harvard, trata de explorar esta solución mediante la dispersión de polvo de Carbonato de Calcio (CaCO3) no tóxico en la atmosfera, un aerosol reflejante que podría aplazar los efectos del calentamiento global.

La investigación sobre la eficacia de la geo-ingeniería solar ha estado estancada por años debido a la controversia. Quienes se oponen creen que este tipo de ciencia implica riesgos impredecibles, incluyendo cambios extremos en los patrones climáticos similares a la tendencia de calentamiento que estamos viviendo.

Ambientalistas temen que una estrategia de mitigación para el calentamiento global sea entendida como luz verde a continuar sin cambios significativos en las emisiones de gases de efecto invernadero actuales.

SCoPEx daría un pequeño paso en esta reciente investigación este mes de Junio en las cercanías de Kiruna, Suezia, donde la Corporación Espacial Sueca ha aceptado ayudar en el lanzamiento de un globo que llevará equipo científico a 20 kilometros de altura.

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El lanzamiento no liberará aerosol estratosférico. Solamente servirá como una prueba de maniobrabilidad del globo y examinará las comunicaciones y sistemas operativos. Si tiene éxito, esto podría ser un paso hacia la segunda etapa experimental que liberaría una pequeña cantidad de CaCO3 en polvo en la atmosfera.

David Keith, profesor de física aplicada en la Universidad de Harvard, reconoce las “preocupaciones realistas” de la geoingeniería. Es verdad que nadie sabe qué sucederá cuando sea liberado el CaCO3 y estudiado después. Keith y colegas científicos de SCoPEx publicaron en 2017 un artículo sugiriendo que el polvo podría repeler la capa de ozono al reaccionar con moléculas destructoras de ozono. “Investigación en este y métodos similares podrían llevarnos a reducir los riesgos y mejorar la eficacia en los métodos de geoingeniería solar”, escribieron los autores del artículo.

La cantidad exacta de CaCO3 necesaria para enfriar el planeta es desconocida, y los científicos de SCoPEx no pueden confirmar cual sería el mejor aerosol estratosférico para lograrlo. La reciente investigación sugiere que la sustancia tiene “propiedades ópticas cercanas a lo ideal” que podrían permitirse absorber menor radiación que aerosoles de sulfato, provocando significativamente menos calentamiento estratosférico.

Este es el propósito del experimento: cuando sea seguro liberar una cantidad experimental de CaCO3, el globo volará a través del polvo, tomando muestras de reacciones atmosféricas y grabando las dinámicas resultantes. Frank Keutsch, el investigador principal del proyecto no sabe qué resultados podrían obtener. El aerosol perfecto podría no reaccionar inmediatamente con la química estratosférica: “La única cosa que podría hacer es dispersar la luz solar y por lo tanto enfriar el planeta.”

Defensores de la geoingeniería han citado los efectos de enfriamiento global de erupciones volcánicas que resultaron de la introducción de ceniza sulfúrica en la atmosfera. La erupción en 1815 del monte Tambora en Indonesia resulto en el “Año sin verano”, mientras que en 1991 la erupción del Monte Pinatubo en las Filipinas disminuyo las temperaturas promedio globales en 0.5°C.

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La introducción deliberada de partículas similares podría contrarrestar décadas de emisiones de gases de efecto invernadero. Un reporte del Panel Intergubernamental en Cambio Climático (IPCC, Intergovernmental Panel on Climate Change) sugiere que el procedimiento SCoPEx podría disminuir las temperaturas globales en 1.5°C por no más de $1 a $10 billones anuales.

De nuevo, esos bajones de temperatura conllevan riesgos muy serios. Temperaturas congelantes en 1815 provocaron cosechas fallidas cercanas a condiciones de hambruna. Científicos británicos han apuntado a los aerosoles estratosféricos de las erupciones volcánicas en Alaska y México como posibles causas de la seguía en la región africana de Sahel. Alteraciones mayores del clima global podrían traer consecuencias inesperadas, impactando negativamente zonas altamente pobladas y provocar otra crisis de refugiados.

David Keith ha propuesto la creación de un “fondo de riesgo” para compensar pequeñas naciones por los daños colaterales causados por las pruebas, pero tal gesto podría parecer poco para aquellos desplazados por condiciones insostenibles. Los Estados Unidos (USA), Brazil y Arabia Saudita bloquearon en 2019 una evaluación de las Naciones Unidas para los planes globales de geoingeniería. Se necesitaría de la cooperación internacional para encargarse de los riesgos, ganadores y perdedores de semejante experimento, y como proceder de mejor manera con todo eso en mente.

Considerando los riesgos desconocidos asociados a la geoingeniería solar, miembros de la OECD deberían continuar en sus esfuerzos por desarrollar tecnología de energías renovables que sean económicamente atractivas, incluso si complementa con investigación limitada y cuidadosa.

Referencia:
A Bill Gates venture aims to spray dust into the atmosphere to block the Sun