Estas transmisiones son muy cómodas y su uso muy sencillo, pero conviene tener algunas precauciones con ellos para evitar acortar su vida útil, que suele estar en el entorno de los 200.000 km.

No abuses del modo manual. Estas suelen incorporar una función manual que imita las reacciones de un cambio tradicional. Lo que hace es prefijar unas posiciones determinadas en las poleas de paso variable. Esto hace que la cinta de transmisión que hay entre ambas poleas del variador trabaje más en esos puntos concretos y las paredes de la polea se desgastan más ahí. Esto acaba formando pequeños peldaños en la superficie de las poleas (que deberían ser perfectamente lisas) y que la cinta no se deslice bien por ella sino a saltos. El auto deja de funcionar con suavidad y da pequeños tirones al ir avanzando y variando el desarrollo.

Espera a que esté completamente parado: no pases de la D a la R sin que el auto esté absolutamente detenido para evitar forzar la transmisión.

Además, también tienen un convertidor de par, así que también nos sirven los mismos consejos del artículo anterior: “Cómo cuidar una transmisión automática tradicional de convertidor de par