Los amortiguadores son una parte fundamental de la suspensión y garantizan una conducción suave y segura. El sistema de suspensión al completo, es un elemento fundamental en la seguridad de nuestro automóvil, y debe, por tanto, mantenerse al día en sus revisiones y velar por su mantenimiento. Forman parte del denominado “Triángulo de la seguridad” junto con los neumáticos y los frenos.
¿Cuándo hay que cambiar los amortiguadores?
Deberías revisar el estado de los amortiguadores cada 20.000 kilómetros. Cada cinco años se recomienda cambiar los amortiguadores por norma general. En torno a los 60.000 kilómetros se suelen sustituir, aunque no siempre es así. Cuidado con el óxido en zonas de montaña y playa, donde la sal puede desgastarlos.
Estos son algunos síntomas que indican que tus amortiguadores están en mal estado.
- Excesivo revote del auto
- Inclinación excesiva hacia el exterior en curvas
- Desgaste excesivo de neumáticos
- Golpes fuertes al pasar por baches
- Desnivelación del vehículo
- El tiempo y la distancia de frenado aumentan.
- Tienes mayor dificultad para controlar el vehículo cuando circulas por curvas o zonas mojadas.
- Notas vibraciones en el volante.
- El vehículo es más sensible al viento lateral.
- Se hunde el eje trasero al acelerar.
- Se produce fuga del fluido hidráulico.
Recomendaciones para mantener los amortiguadores óptimos
- Conducir mucho tiempo con los amortiguadores desgastados puede desequilibrar por completo el vehículo y causar un trompo. Detectar amortiguadores en mal estado puede ahorrarte un susto en la carretera y reparaciones costosas.
- Entre todas las consecuencias que dejan unos amortiguadores desgastados, el vehículo se siente menos estable, menos ágil y necesitará más espacio a la hora de frenar. En pocas palabras, el auto se vuelve menos seguro.
- Los amortiguadores gastados o averiados también afectan la eficiencia de los sistemas electrónicos de seguridad, como el freno ABS o el sistema de control de tracción y estabilidad.
- A la hora de sustituir los amortiguadores, que como cualquier pieza, tienen un desgaste con el paso del tiempo. A menudo, no tenemos conciencia de esta situación puesto que el deterioro es progresivo.
- También es necesario ajustarnos al modelo que trajera el vehículo, cambiándolos por unos de características similares y acudir a un centro o taller oficial donde nos los ajusten de forma adecuada y segura.
- Es importante saber que cuando sustituyamos los amortiguadores del vehículo, debemos cambiar al mismo tiempo los del mismo eje, es decir, realizar el cambio por parejas (delanteros o traseros), garantizando así el equilibrio de forma que no pueda afectar negativamente a la estabilidad del automóvil aumentando el riesgo de sufrir un accidente.
- El mejor método para comprobar en qué estado está un amortiguador es pedir que lo comprueben en un taller especializado en suspensiones.
Para que duren muchos años.
- No hay que cargar el vehículo con demasiado peso. En este sentido, cada modelo tiene un máximo permitido, que se indica tanto en el manual como en la ficha técnica.
- En la medida de lo posible, hay que evitar dejar alguna rueda sobre bordillos, evitando esa diferencia de nivel.
- Cuidado con los baches y reductores de velocidad. Hay que pasarlos despacio.
- Para comprobar si un amortiguador sigue manteniendo su vigor se debe de realizar en primer lugar un análisis visual en el que se descarten fugas de aceite. En el caso de que haya líquido desprendido, el recambio debe de ser inminente. Sin embargo pasar esta prueba no significa que este perfecto, y es necesario practicar otros diagnósticos como el control de las vibraciones donde se medirá su eficacia.
- El estilo de conducción y las vías por las que se circula influyen en la vida de los amortiguadores y en la necesidad de ser cambiados. Conducir por terrenos pedregosos de manera agresiva a una gran velocidad hará que la vida útil de esta pieza sea inferior.
