Por mucho tiempo la comida frita ha sido señalada como una opción poco saludable. Sin embargo, un nuevo estudio pone en duda toda esa creencia; además han encontrado ciertos efectos saludables alrededor de esta técnica culinaria.

Durante muchos años se ha dicho y acusado que freír la comida es uno de los métodos de cocina menos saludables, al afectar, en otros, los nutrientes en los alimentos. Un estudio reciente a cargo del Instituto de la Grasa del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (IG-CSIC), parece contradecir esta opinión popular y concluyó que: cuando el alimento se fríe, mejora su calidad, siempre y cuando el proceso se realice de manera correcta.

Tras un periodo largo de estudio de distintos aceites, el Instituto de la Grasa confirmó que la fritura de los alimentos aumenta los compuestos de carácter nutricional, por sus efectos hipotensores, antidiabéticos, antiinflamatorios y en la inhibición de la absorción del colesterol. Según los científicos, de todos los aceites vegetales estudiados, los beneficios se obtienen principalmente al usar el aceite de ORUJO,  que es el que se extrae de la segunda pasada de la Oliva. 

Estudios científicos revelan la cara saludable de la comida frita. Aquí te contamos más.

La gran estabilidad del aceite de orujo.

Los principales resultados del estudio ponen en manifiesto que los componentes bioactivos del aceite de orujo que, siguen latentes tras la fritura, pueden inducir efectos positivos para la salud, sobretodo cardiovascular. Esto lo explican desde el Instituto de la Grasa: “Cuando freímos este aceite no pierde sus cualidades; aunque se caliente por 20 horas a 175° mantiene sus componentes nutricionales“.

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Cantidades de grasa en la comida.

Como es de conocimiento común, la grasa vegetal está incorporada a la mayoría de alimentos durante su preparación. No obstante, “a mayor porosidad y superficie, mayor será la absorción de grasa”, afirma la investigadora del Instituto de la Grasa, María Victoria Ruiz Méndez, al diario El País. De esta forma, según explica, un producto empanado o rebozado absorberá más grasa; es decir, 100 gramos de papas finas absorberán menos grasa que la misma cantidad de papa cortada en gajos más grandes. Pero este efecto se balancea con el gran aporte nutricional que genera el aceite de orujo. “Por efecto de dilución, se disminuye el contenido en ácidos grasos saturados y el nivel de colesterol mientras que se incrementa el contenido de fitoesteroles (compuesto cuyo consumo, reduce mucho la absorción de lipoproteínas en el intestino)“, explicó la investigadora.

 En conclusión, el aceite de orujo promete ser una alternativa para seguir disfrutando de la comida frita, haciendo a un lado los problemas de salud a mediano y largo plazo.