En la película It Capitulo dos, parte de la historia del personaje Bill, quien en su vida adulta es escritor reconocido, trata de su incapacidad para darle un buen final a sus historias.

¿Sabías que esa misma crítica recae sobre el autor de It, Stephen King? El peso que recae sobre él de parte de muchos de sus críticos es que sus finales no hacen honor a la obra. Es como si todo el camino que nos lleva fuese fantástico, pero a la hora de llegar al final, frenasemos de repente y nos encontrasemos con un resultado decepcionante.

¿Por qué es tan importante el final en una historia?

Hay una frase que dice “No es importante el destino como sí el camino”. En el caso del cine, me temo que no es así. Obras como Rogue One, donde la historia es interesante tirando a mediocre, son recordadas por un final sublime. Y, el ejemplo que será histórico para toda nuestra generación será el final de Juego de Tronos. Una serie que tenía todo para ser de las mejores y terminó dejándonos un sabor tan amargo que muchos fans perdieron el interés en la saga completa. ¿Por qué digo esto? Por lo siguiente:

Netflix está descuidando mucho los finales de sus películas.

Cada vez que Netflix suelta una película, espero tres cosas, casi como si se tratase de una norma sagrada:

  • Buena fotografía.
  • Actores conocidos.
  • Pésimo final.

A decir verdad, muy pocas obras obras de la plataforma resaltan, pero lo que sí se siente feo de La apariencia de las cosas es que tenía TODO para ser excelente. Y, casi como si hubiese un productor con aires de escritor buscando meter el dedo en una obra ya finalizada, vemos una película que empieza con una clara propuesta, super sólida, y termina metiendo mil cosas que no tienen el menor sentido, segun su propia narrativa.

Empecemos con lo bueno de la película

Desde el inicio, La apariencia de las cosas nos promete que será una película bellísima. Desde los colores hasta el uso de la cámara tienen un cuidado que se aprecia en cada toma. El sonido es tranquilo y nos acompaña de la mano, presentándonos un matrimonio formado por un profesor de arte y una restauradora, quien decide acompañar a su esposo a un pueblo lejos de la ciudad puesto que se le ofreció un trabajo allá.

Amanda Seyfried es quien nos llamará la atención desde el inicio, puesto que la película claramente la ha elegido como protagonista. Su nivel actoral destaca desde el momento cero y, haciendo uso de frases muy contundentes, entendemos que ella no quiere mudarse pero lo hará por el bienestar de su marido.

¿Por qué lo hace? Es aquí donde podemos destacar una actriz de ser mediocre o ser excelente. Sabemos que algo sucede con el personaje de Amanda gracias a su capacidad actoral. Su marido no la trata mal, pero su rostro, constantemente, nos transmite dos cosas: Odia tener que mudarse y carga con culpa.

Más temprano que tarde, se nos explica que ella sufre de desórdenes alimenticios y es aquí donde la película se encarga de pintarnos al marido, interpretado por James Norton, como un problema.

Ojo, aquí la interpretación de James Norton es excelente, puesto que su rostro rara vez nos muestra molestia. Tiene cara de idiota, seré la primera en admitirlo, pero idiota simpático. Basicamente, a pesar de la soledad y los momentos paranormales que puede tener la esposa a lo largo de la película, el primer arco del marido es muy tridimensional. Quiere que ella sea feliz, cayendo en una incapacidad muy humana de ver el verdadero problema: su esposa es infeliz porque él no la escucha.

Bien, por el momento, tenemos una historia muy interesante y orgánica. Incluso, teniendo en cuenta que gran parte de la trama tiene un “trasfondo paranormal”, los protagonistas de esta historia serán los seres humanos y, curiosamente, a diferencia de lo que suele pasar en muchas películas paranormales, donde deseamos ver fantasmas, en esta historia lo paranormal se encuentra en un muy marcado segundo plano.

Entonces, las actuaciones y la fotografía son excelentes. ¿Qué tiene de malo?

Lo paranormal no sirve. Literalmente, nada de los sucesos paranormales tienen tanta fuerza como para creer que afectan al guion. La única manera de hacerlo es si contamos lo paranormal como un deus ex machina.

¿Qué es un Deus ex machina?

A partir de este momento, voy a dar spoilers de la historia.

Deus ex machina es una locución latina que se traduce como “el dios que baja de la máquina”. En la actualidad, se utiliza como una conclusión a la cual se llega usando un elemento completamente externo que rompe la lógica de la historia. Por ejemplo, en la saga de películas de Resident Evil, cuando Alice desarrollaba un poder especial para cada caso concreto requerido por el guion, sucedía un deus ex.

No me malentiendan, muchas películas o series utilizan un Deus Ex de una forma sutil. Por ejemplo, dos protagonistas que se encuentren en el mismo lugar, a la misma hora. Es improbable que suceda, pero se requiere esta casualidad para ayudar a la historia.

Sin embargo, este recurso es considerado flojo y muy malo cuando se usa de manera absurda. Y aquí es cuando seguramente se preguntarán de qué forma se puede usar un Deus ex muy absurdo en una historia de una matrimonio con problemas.

Bien, aquí entra Netflix como plataforma unidimensional de tramas. El personaje de Amanda Seyfried se vuelve la mujer víctima de un matrimonio opresivo. El problema no es ese, sino que al personaje del marido le dan un cambio de 360 grados. Pasa de ser una persona con sus errores a ser un completo demente. Y la peor parte, es el Deus Ex. Amanda Seyfried no lo descubre, sino que tiene un fantasma que le dice todo lo que sucede. Y no solo eso, el fantasma tiene poderes para proteger a la mujer dañada de un marido maltratador (antes de que sea maltratador, incluso), pero la deja a su suerte cuando realmente la necesita.

¿Qué sucede con los fantasmas?

A medida que la película avanza, descubrimos que la esposa ve el espíritu de una mujer. Luego de una investigación clásica en la biblioteca del pueblo, vemos que que los primeros inquilinos de la casa era un matrimonio donde un marido mata a su esposa.

Posteriormente, hubo un caso similar antes que nuestros protagonistas vayan a vivir a esa casa.

Por ende y por una rápida y bastante inquietante y llena de malo efectos mesa de espiritismo, descubrimos que el espíritu de la última esposa está protegiendo a la esposa actual, Amanda Seyfried. Y que el espíritu maligno que mató a su primera esposa, está tratando de meterse en el esposo de Amanda Seyfried porque él es malo. ¿Por qué es malo, te preguntarás? Bueno, nos sueltan una historia donde él se aprovecha del trabajo de su primo muerto para tomar crédito por este y, además, falsifica una carta de recomendación. Plus, es infiel y no escucha los problemas de su esposa.

¿Malo? A ver, no es un ser confiable, pero de acá a ser un femicida hay un trecho gigante. Más por como pintan al esposo.

Entonces, se justifica que el espíritu del primer hombre opresor, maltratador y asesino de su esposa hace que los hombres que vivan en esa casa maten a sus esposas porque son malos. Ni más, ni menos. Entonces, los espíritus de estas esposas vienen a advertirle a la esposa viva de turno que su esposo va a matarlas. ¿Sirve de algo? Pues, no estoy tan segura.

En una escena, el fantasma angel guardian sororo cierra una puerta y la traba, dejando a un confundido marido que iba a ver como estaba su esposa, quien estaba vomitando, del otro lado de la puerta. O sea, el fantasma tiene capacidad de intervenir en el mundo real. ¿Vale?

Sin embargo, cuando el marido realmente enloquece y busca matar a su esposa, el fantasma nos narra su vida, de una forma muy críptica, diciendo que no puede intervenir en el libre albeldrio de los demás.

¿¡Pero qué me estás diciendo, fantasma!? Literalmente, abriste y cerraste una puerta a voluntad. ¿De verdad no puedes cerrar una puerta ahora?

O sea, estás ahí para fomentar que mi matrimonio se vaya a la basura (el conflicto mental del personaje de Amanda comienza con el fantasma apareciendo y rompiendo las cosas, cosa que influye en el matrimonio), pero no estás ahí para protegerme cuando mi esposo va a matarme y me metes el verso de “libre albeldrio”.

 Esto nos lleva, inevitablemente, a lo feo de la película

La primera mitad es excelente. La historia puede sentirse simple, pero es atractiva. Descansa mucho en las interpretaciones y los personajes que se nos presenta. Sin embargo, en la segunda mitad, el conflicto es demasiado retorcido y no de forma realista.

De hecho, de repente, el marido pasa de ser un padre amoroso con su hija y preocupado de su esposa, cretino e infiel pero carismatico, cuyo unico momento de pseudo violencia lo vemos cuando su esposa le araña la cara y él le empuja, a un completo psicopata poseído. Mata lo que se le cruce en el camino y de una forma tan absurda que da risa. Para ser alguien que busca limpiar el camino de huellas que lo involucren a los asesinatos, termina matando a su esposa con un hacha. ¡Con un hacha!

Este cambio es tan absurdo que el mismo amante de la esposa, cuando se le toma declaración de si ella le había contado que su esposo le maltrataba, él no puede decir nada. ¡Es que no tiene sentido! Se nos muestra que así como la esposa tenía un “angel de la guarda”, el esposo tenía una voz que lo volvía loco porque es un hombre y los hombres se vuelven locos. Al final, termina yendose al infierno por su propia cuenta y las mujeres asesinadas reciben justicia…

El final es Meh. Toda la propuesta inicial termina con un hombre que, segun la película nos dice al final, sentía mucha inseguridad porque nadie creía en él. Pero, al inicio de la película, lo vemos ser adorado por toda persona que le conoce. Luego de asesinar a su esposa, su propio padre le contrata el mejor de los abogados. ¡Todos creían que él era un buen sujeto! Entonces, es una película que se tropieza feo al final y es una lástima porque su propuesta era muy buena.

El hombre blanco heterosexual como villano en estos tiempos

 

No tengo el menor problema con que el hombre o esposo sea el villano, no me maliterpreten. Pero es la segunda vez que veo que esto suceda de forma tan gratuita. Es como presentarnos a un sujeto normal y en el ultimo arco, decir que por ser hombre, tiene una tendencia a ser un asesino de esposas. Esto lo vi en una serie llamada Muertos para mi, donde durante toda la primera temporada, vemos a una esposa metiendose en la casa de su ex, llegando a chocar a una persona y el ex ayudando a cubrir el delito, para terminar con él volviendose un potencial asesino en el ultimo capítulo porque #hombre.

O sea, no está bueno. Entiendo el mensaje de la sororidad, pero en esta película la idea del fantasma sororo fue la que mete a Amanda en el lío en primer lugar, para luego dejarla tirada con un hombre poseído por otros hombres asesinos que mataron a sus esposas antes. Y encima, decirnos que no estaba poseído, que él mataba porque lo decidía.

No lo compro.

¿Es una buena película?

Dejando de lado el final tan absurdo y manipulado para dar un claro mensaje que no se termina de entender y peca de mediocre dada la situación, admito que realmente disfruté la primera parte de la película. De hecho, me encantó. Obviamente, al ser Netflix, esperaba un giro donde es obvio quien será el malo de la historia, pero realmente la disfruté.

Eso sí, es una película que puede ser lenta. Pero, hay tanto carisma en sus actores que no puedo dejar de alabarla. Sin embargo, sí se cae y feo al final. Esto le quita muchos puntos, llevándola al plano de lo mediocre.

Dura dos horas y diez minutos y la fotografía es realmente bella.

Importante, no es una película para pasar el rato. Si deseas verla, vela a consciencia porque tiene detalles que se te pueden perder si estás haciendo otra cosa.

La apariencia de las cosas se encuentra en Netflix y, al menos cuando yo la vi, estaba entre las películas más vistas de la semana.