Si bien ambas edades tienen similitudes, se están experimentando estas convivencias en diferentes países con mucho éxito, permitiendo a los ancianos sentirse útiles y a los niños compartir con la experiencia de los abuelos.

Estas agradables noticias llegan de las residencias dedicadas a las personas de la tercera edad, que por algún motivo no viven con sus familias o están solos. La motivación sociocultural y estimulación positiva para los mayores es una de las razones por las cuales se están considerando, reuniendo a mayores con niños y niñas en un mismo recinto. La idea se ha venido realizando en la ciudad de Seattle, Estados Unidos, donde han creado una guardería, en la actualidad recibe a 400 ancianos a diario, pero durante 5 días reciben a niños de primaria, resultando una experiencia gratificante para ambas partes.

Estos encuentros surgen de la filosofía intergeneracional, disciplina que está tomando auge en muchos países. Aplica con la presencia de personal tanto de la residencia de ancianos como del instituto educativo o guardería, ya que va desde bebés, niños en edad preescolar y primaria, reportando muchos beneficios y forman parte de la educación y aprendizaje.

Los cambios son notorios, tales como:

  • Evitar el aislamiento social.
  • Combatir la depresión.
  • Ayuda a mejorar el decaimiento físico y mental.
  • Ejercitar la memoria y mantenerla activa, ya que tienen mucho que contar a los niños.
  • Mejora el ambiente general del recinto con la alegría propia de los niños.
  • Dejan de tener dolor.
  • Sacan energías de donde no hay.
  • Se sienten responsables.
  • Recuperan la alegría de vivir.
  • Mantener la independencia.
  • Envejecimiento activo y saludable.

Para los niños los beneficios van desde el manejo del respeto a las personas mayores, los valores de cooperación y contribución, sienten que son útiles con los abuelos y aprenden de ellos sus historias de vida y tener un concepto directo de lo que es el envejecimiento.

Ancianos y niños, una dupla exitosa

Más frecuente de lo que pensamos, muchas familias viven muy distantes, de manera que tanto los niños como los ancianos muchas veces están solos, y de estos encuentros los niños conservarán los recuerdos y los abuelos también estarán activos, ya que sus familias muchas veces no tienen esas edades. Esto puede realmente ayudarlos a manejar muchos sentimientos con los que lidian y sufren, ahora tienen un propósito y para los niños los abuelos son fascinantes.

Estas prácticas se están replicando en España, Francia, Alemania e Inglaterra con mucho éxito y posiblemente veamos que surjan en otros países alrededor del mundo, y aunque la iniciativa no es nueva, los resultados casi milagrosos en especial para los ancianos, ha puesto a pensar a los especialistas en geriatría para permitir calidad de vida en sus últimos años a nuestros mayores.

“Envejecer no es algo simple pero la interacción humana puede hacer mucho para darle color y sentido a los últimos años de la vida y en los niños refuerza los valores de comprensión, amistad, amor y respeto”