Siempre he pensado que maquillarse es un arte, no todas las personas tienen ese don, además de requerir variedad de elementos y cosméticos como tal, debes ser brillante para hacerlo. La palabra maquillaje, proviene del germánico antiguo “makar”, que significa “modelar o amasar”.

Antropológicamente el maquillaje cumple la función de adornar el rostro u otras partes del cuerpo para diferenciar al individuo como miembro de un grupo o tribu. De tal manera que no hay grandes diferencias entre una joven que colorea sus ojos, y el miembro de una tribu wayuu que tiñe su rostro con pigmentos vegetales para protegerse del sol o para un ritual. Ambos manifiestan a través del color que son parte de una sociedad. Originalmente los elementos eran limitados tales como: arcilla, cenizas, tierras de pigmentos, colorantes o toscos productos elaborados a partir de la grasa de animales, flores y fruto. Cada tribu o etnia tiene sus propios ornamentos no solo en pintura sino en artefactos, marcas o perfilados en piel que los identificaban para siempre. Sin embargo, el paso de los siglos permitió al hombre avanzar en el uso de diferentes materiales para continuar su práctica estética.

Los principales registros datan de los imperios egipcio y romano. Los egipcios usaban colores fuertes y brillantes para resaltar sus ojos, delineando y simulando un pez sobre una sombra oscura, cejas perfiladas y labios pintados con tonos tierra. Los griegos se preocupaban por la belleza natural, aunque el maquillaje era sutil, tenían fijación por lucir entrecejo utilizando pelo de animales. En la India remarcaban sus ojos con pigmentos negros y sus labios con tonos rojizos. Los ingleses amaban la piel blanca, mientras más blanca más hermosa, y cubrirse el rostro con polvos de talco era prioritario, contrastando labios rojos, frente amplia y cabello rizado con cejas muy finas o depiladas totalmente. En Japón, las Geishas lo usaban para exagerar sus rasgos, como un lienzo en blanco, su rostro, manos, pecho y cuello, conocido como “shironuri oshiroi”; era una especie de panqué, hecho a base de polvo de arroz, caolinita, carbonato de magnesio, almidón de maíz y óxido de zinc (décadas atrás el polvo también contenía plomo blanco, pero, como se le conoce hoy en día, es altamente tóxico). En Francia se rompía a lo extravagante y chic, usaban rostros pálidos, espolvoreados con polvos, exagerando pómulos muy rosas y con lunares pintados artificialmente.

Las primeras personas en incursionar en el mundo del maquillaje fueron: Elizabeth Arden, quien descubrió su pasión por la cosmética y en Nueva York abrió su primer salón de belleza en la Quinta Avenida en 1910, con un equipo de vendedoras lanzó una gama de cremas, lociones y pionera en maquillaje de ojos en las mujeres.

Otra celebridad cuyo verdadero nombre es Josephine Esther Mentzer, mejor conocida en el mundo del maquillaje como Estée Lauder, pasó de ser artesana de cremas faciales y vender en los mercados, a tener un próspero negocio a partir de 1937.

Helena Rubinstein era modelo de las cremas faciales que hacía su madre, tiempo después la envían a vivir a Australia y la poderosa formula la catapultó, por lo que en 1905 se convirtió en una de las mujeres más ricas del mundo.

Max Factor, creador de pelucas y maquillador, se hizo famoso en la época dorada de Hollywood, se dice que es el pionero del maquillaje actual, creó su propia línea de productos porque creía que el glamour es lo más importante.

Los cosméticos usaban sustancias químicas y nocivas para la salud, pero esa tendencia ha cambiado por una más respetuosa, natural y orgánica, sin alejarse de la calidad y aportándole vitaminas. Los maquillajes de hoy están creados para ser llevados a lo largo del día, incluso 24 horas, por ello, sus elementos son hipoalergénicos. También se añaden sustancias de efecto tensor, hidratantes, energizantes y bloqueador solar para aplicar antes del maquillaje.

Cada maquillaje es único y especial, dependiendo de la vestimenta, ocasión, tipo de ojos, color de piel, por ejemplo: el maquillaje para el día debe ser más suave, con tonos ligeros de color, suele reducir imperfecciones, por el contrario para la noche es más intenso, con tonos marcados, así también la combinación entre los labiales y sombras pueden ser más oscuros. Hoy se estila looks naturales, consiguiendo un maquillaje sencillo con el que se aparenta no estar maquillada.

Estudios han demostrado que maquillarse mejora la autoestima femenina, siempre y cuando se aplique con la intención de destacar los rasgos y ocultar imperfecciones. El motivo por el que se usa maquillaje hoy día es para que las mujeres se sientan juveniles y guapas a la par de sencillas, sexys y felices con ellas mismas.

 

Maquillarse es un arte