El consumo de carne es uno de los causantes del impacto climático en nuestro medio ambiente. Esto presenta un gran desafío ya que en la actualidad y, debido a que existe la duda de si la humanidad podrá mantener el consumo actual de carne, se están haciendo investigaciones para la fabricación de la carne artificial.

Este producto se consigue a partir de células madre, extraídas de los músculos del animal vivo y sin tener que sacrificarlo para ello. Con ensayos realizados en laboratorios, las células madres se multiplican al colocarlas en medio de un cultivo que las nutre, y que contiene elementos para su crecimiento.

La carne cultivada está hecha de los mismos tipos de células dispuestas en la misma estructura que los tejidos del animal. Con este método se elimina la necesidad de alimentar a los animales, y se da un paso hacia la aspiración de que no se tengan que utilizar antibióticos, previniendo con ello una menor incidencia de enfermedades transmitidas por los alimentos, esto debido a la falta de exposición a los patógenos.

Carne artificial, la nueva modalidad y el cambio climático
foto de sicreesinnovas.com

Se extrae una pequeña cantidad de las células musculares, lo que se hace por medio de una biopsia; es así que pueden adquirir diferentes tipos de células madres, tales como de los músculos esqueléticos, adipogénico o mesenquimales, que son células no especializadas que tiene la capacidad de auto-renovarse. En lo referente al cultivo, se separan las células madres que serán utilizadas para el cultivo inicial, colocándolas en una placa de Petri, con un baño de nutrientes que absorberán para su crecimiento.

Carne artificial, la nueva modalidad y el cambio climático
foto de la página avicultura.

Luego, estas son colocadas en un biorreactor donde alcanzarán la densidad deseada. Esta carne llamada también “carne in vitro”, y del que uno de sus pioneros fue el farmacólogo holandés Mark Post, logró la primera pieza de carne comestible con este proceso en el año 2013.

Desde entonces, el proyecto ha generado una gran pasión, consiguiendo que sesenta compañías emergentes hayan intentado reproducirla, logrando captar 450 mil millones de dólares para su financiamiento. El gran reto para esto será poder lograr abaratar los costos de producción y que sea asequible al consumidor.

Este tipo de carne no posee grasa, ni sangre, ni tejido cognitivo, porque solo es del músculo del animal. Si esto se llega a conseguir, podría ayudar a reducir las emisiones de carbono y, con ello, conseguir además de que sea más sano comer carne. Le daremos una caluroso recibimiento a esta nueva tecnología.