Es un palacio y uno de los favoritos de la Reina Isabel y su difunto esposo, el príncipe Felipe de Edimburgo. Se encuentra situado en Windsor (pequeña y próspera ciudad del condado de Berkshire, Inglaterra), es muy conocido por tener una muy antigua relación con la familia real británica; su construcción de origen medieval, empezó a levantarse en el siglo XI, después de que Guillermo I conquistara tierras normandas desde los tiempos de Enrique I de Inglaterra (siglo XII). Es considerado la segunda residencia europea que ha sido ocupada por varios monarcas británicos, una de las más antiguas por detrás del Real Alcázar de Sevilla.

En este castillo se encuentra la Capilla de San Jorge, del siglo XV, y es uno de los logros de diseño gótico perpendicular inglés, ya que este tipo de diseño es la tercera etapa histórica gótica inglesa y de líneas rectas, también se le conoce por tener estilo rectilíneo. Es un lugar localizado en la zona inferior del castillo, ha sido el descanso final de 10 monarcas. Además de ser un lugar especial para los Windsor por ser un lugar de entierros y misas importantes, también ha sido protagonista de bodas.

El castillo de Windsor ha sido el refugio de la Reina Isabel en esta etapa de la pandemia, al igual que en la separación de su hijo, el príncipe Andrés de su entonces esposa Sarah Ferguson, y también de los rumores de separación del príncipe Carlos y Diana de Gales, que al final se realizó en 1996. Esta residencia tiene mucha historia y entre ellas, es que supera los 900 años y ha sobrevivido a muchas guerras; ha sido asediada en diversas oportunidades.

Su historia comenzó cuando el rey Guillermo I, el Conquistador, decidió su construcción y en éste han vivido 39 monarcas. El castillo se encuentra a una hora de Londres; su construcción medieval abarca más de cinco hectáreas y tiene una combinación de estilos, a pesar de tener estilo gótico se pueden apreciar algunos rasgos georgianos y victorianos.

Castillo de Windsor, la última morada de Felipe de Edimburgo
Foto: The British Monarchy

Ha sido protagonista de importantes bodas reales, como la de la princesa Margarita con su primer esposo, el fotógrafo Anthony Armstrong-Jones, y la de el príncipe Harry con Meghan. La soberana utiliza este castillo para situaciones difíciles, pero también para los buenos momentos, para sus retiros que tanto disfruta.

Al paso de los años ha sufrido de diversas remodelaciones y ampliaciones, ya que cada monarca le ha agregado su toque. Se dice que una de sus adorables curiosidades es la casita de muñecas, que la reina Mary en el año 1921 mandó a construir y que tomó de modelo una réplica exacta en miniatura de una casa de la época; se encuentra entre los lugares que puedes visitar y está repleta de objetos artesanales y muñecas únicas; se le considera la más grande del mundo y por lo tanto la más famosa.

Luego de que Enrique III lo convirtiera en un lugar de lujo gracias a sus ostentosas remodelaciones en el siglo XIII, la reina Victoria le hizo pequeños cambios en la decoración. Sin duda, las miradas siempre se enfocan en la famosa Capilla de San Jorge, un majestuoso templo gótico que data del siglo XV, considerado como una de las mejores expresiones artísticas de ese estilo.

La importancia del castillo es que fue en la época de la I Guerra Mundial, que el rey Jorge V decidió cambiar el apellido Sajonia-Coburgo-Gotha, por el de Windsor, en 1917 y fue un año antes de que terminara la guerra. Con esto se olvidaría de sus orígenes alemanes que tiene la familia real británica, y sirvió como refugio con los ataques aéreos que sufrió Inglaterra.

El fuego

Años después, en 1992, un incendio que duró 30 horas, amenazó considerablemente con el tesoro artístico que albergaba esta propiedad en su interior, salvaron sus obras de arte gracias a los trabajadores que lograron ponerlas lejos del fuego. Su reconstrucción tuvo un tiempo comparado con el que se lleva en la catedral Notre Dame de París (2019).

Castillo de Windsor, la última morada de Felipe de Edimburgo
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Por otra parte, ha sido personaje principal de recibimientos de mandatarios en sus visitas oficiales, y la gente también ha tenido la oportunidad de visitarlo cuando es abierto al público, lo que no ocurrió este año debido a la pandemia.

Los aposentos reales son zonas privadas y son de un estilo georgiano, con algunos cambios que sus inquilinos le han hecho. En esta residencia que ha sido utilizada para eventos de Estado, se menciona mucho el espectacular Grand Recepción Room, cuyas paredes están recubiertas con pan de oro y fue una de las habitaciones que sufrió daños por el incendio.

Uno de los salones de este querido castillo tuvo como invitados al príncipe Harry y Meghan, al igual que la habitación de Waterloo, que en el periodo de Jorge IV fue mandada a construir tras el triunfo contra Napoleón Bonaparte en 1815.

Tras el incendio se perdieron las pinturas de los techos que fueron sustituidas por yeso dorado, y las obras que se salvaron son las que hoy decoran las paredes del Castillo de Windsor – de Van Dyck, Holbein o Rubens – y otras si siguen en sus espacios originales.

Los funerales del príncipe Felipe, fallecido este 9 de abril, se realizarán el próximo 17 de abril, con protocolos según sus deseos, ya que él había manifestado en innumerables ocasiones coómo quería que fuera su funeral. Solo asistirán 30 invitados, en tanto que el primer ministro Boris Johnson cedió su sitio a un miembro de la familia.

Asistirían todos los miembros directos del duque a esta ceremonia, y se cree que su cuerpo se ha trasladado a la Capilla Conmemorativa de Albert del Castillo de Windsor y permanecerá allí hasta el sábado; ese día los actos comenzarán alrededor de las 2:30 de la tarde (hora local), donde se guardará el minuto de silencio.

El duque será enterrado en la Bóveda Real, la cual se encuentra situada bajo la capilla. Ésta fue abierta en 1810 para el entierro de la princesa Amelia, hija del rey Jorge III y la reina Charlotte, y era un lugar muy especial para el príncipe Felipe, ya que allí fue enterrada su madre, la princesa Alicia de Battenberg cuando falleció en 1969. Tras superar muchas dificultades, dos décadas después de haber sido enterrada en ella, fue llevada a la iglesia de Santa Magdalena, en el Monte de los Olivos de Jerusalén.

Es así como esta bóveda ha servido de descanso temporal en otras ocasiones como el caso de la princesa Margarita, hasta que sus cenizas fueron trasladadas a la Capilla Conmemorativa del Rey Jorge VI.

Castillo de Windsor, la última morada de Felipe de Edimburgo
Foto: wikipedia.org