Pues se puede decir que los resultados de las estadísticas no son alentadores, pues un estudio realizado por la revista especializada Frontiers in Sustainable Citrus, ha mostrado el primer balance global de los gases efectos invernadero emitidos por las principales urbes del mundo.
La finalidad de este estudio es poder analizar la efectividad de las políticas que las grandes urbes han impuesto para hacer cumplir con la reducción de GEI (Gases de Efecto Invernadero). Pues estas ciudades representan el 52% de las fuentes de contaminación en emisiones de gases; y entre los cinco continentes, son 167 ciudades las causantes de ello.
El acuerdo de Paris tuvo una buena intención y 170 naciones lo firmaron en el año 2015 pero, a pesar de ello, las previsiones indican que para finales del siglo XXI, nuestro planeta tendrá una temperaturas 3 grados más de los que actualmente tenemos.
Al parecer cuesta trabajo imaginar que nosotros somos los responsables de que nuestras ciudades sean parte del problema. Pero, más específicamente, son 25 ciudades las que contribuyen con más de la mitad de estas emisiones a nivel mundial.
La población se ha incrementado, y la gran mayoría tiende a desplazarse a zonas urbanas. En las últimas décadas, alrededor de 4.000 millones de personas están viviendo ahora en ciudades, y esto incluye también a los suburbios. Sólo 1 de 3 personas vive en las afueras de estas ciudades. Esto es un fenómeno reciente, porque este tipo de hacinamiento está teniendo consecuencias nuevas e inesperadas.
La doctora Xochitl Cruz Nuñez, quien pertenece al Centro de Ciencias de la Atmósfera de la Universidad Nacional Autónoma de México, menciona que: “claro que hay grandes metrópolis con altas emisiones de GEI, tanto desarrolladas como no“, y aquellas que llamamos como Las Megaciudades de Asia, como lo son Shanghái en China, o Tokio en Japón, son importantes emisoras.
Pero si hablamos de las emisoras per cápita, es decir por persona, puede incluirse a varias urbes Europeas, así como también en los Estados Unidos y Australia; estas están entre las principales contribuyentes, y es a causa de la quema de combustible, así como del uso de la electricidad, tanto en edificios residenciales como comerciales. Tampoco pueden faltar las industrias que representan entre el 60% y 80%, y tenemos que mencionar que un 30%, o sea, un tercio, proviene del transporte por carreteras.
Aquí mencionaremos las ciudades que forman parte de este grupo. Rio de Janeiro (Brasil), Johannesburgo (Sudáfrica), Curitiba (Brasil), Lima (Perú), Madrid (España), Venecia (Italia), y claro no podemos dejar por fuera Ciudad de México (México). Estas ciudades son las que menos han podido disminuir sus emisiones; en el caso de Ciudad de México, las industrias y el transporte son las más grandes de contaminación.
Son muchos los discursos que se dan sobre este tema. En relación a Ciudad de México, el gobierno ha obligado a los desarrolladores de edificios habitacionales a dar prioridad al tratamiento de las aguas residuales; a viviendas familiares, se les ha otorgado créditos para construcción y otras facilidades para colocar paneles solares para sus calentadores. Esto lo he visto en varias construcciones en la ciudad.
Pero sí podemos decir que algunas ciudades han logrado su objetivo en materia ecológica, como es el caso de ciudades como Yokohama en Japón, Vancouver en Canada, Estocolmo en Suecia y Paris en Francia. De aquí se puede entender que estos objetivos son alcanzables. Y hay que empezar a hacer cambios a nivel cultural, pero sobretodo también a través de las políticas de cada gobierno.
