Siempre hemos pensado que Hollywood va un paso adelante con respecto a la ciencia ¿Por qué decimos esto? Bueno, en muchas de la películas y series se esfuerzan por profundizar en temas científicos, es por ello que muchas de estas producciones han tenido que acudir a asesores que los ayuden con los detalles más vitales de sus argumentos.
En las nuevas historias que nos han estado presentado, y a diferencia de los años anteriores, se ha notado que se han preocupado por buscar asesoramiento científico. Claro que hay que aclarar que en muchas de ellas, por ejemplo, las que versan sobre criaturas mutantes elásticas o sobre un dinosaurio que llega a un centro comercial, son completamente independientes y fantásticas, no basadas en investigaciones reales.
Los equipos de producción tanto de cine y televisión, llevados por el Boom de crear ciencia ficción por aquellos años de 1970, se tomaron el suficiente tiempo de conseguir asesoramiento científico para que los ayudaran a supervisar algunos guiones, así como los efectos especiales.
Un caso muy sonado, es el de Anne Simón, una viróloga de la Universidad de Maryland, quien trabajó como asesora en la famosa serie Expedientes Secretos X. Fue ella la que asesoró al creador de la serie, a quien le explicó que un virus no puede, en teoría transformase en un monstruo. Esta colaboración sirvió en beneficio para ambas partes, naturalmente.
Sin embargo, desde entonces ocurrió algo negativo con la imagen de los científicos. ¿En qué sentido? Bueno, por años, las series y películas han presentado a los científicos como los causantes de casi todas las catástrofes o surgimientos de virus en el planeta. Esto ha llevado a que los científicos sean vistos como personas malvadas y sin ningún tipo de conciencia, a la hora de crear cualquier tipo de mal, aunque sea ficticio. Claro que, también gracias a estos asesoramiento, muchos de ellos obtuvieron ganancias que han podido utilizar para seguir con sus investigaciones.
Las asesorías comenzaron a hacerse más tangibles desde el año 2008, y es que se creó la Academia Nacional de Ciencias (El Science & Entretaiment Exchange), que ha ayudado a unir a cineastas con investigadores de campos específicos. Antes, la industria del entretenimiento tenia que buscar expertos por su cuenta; esto lo comenta David A. Kirby quién es autor del Lab Coats in Hollywood: Science, Scientists, and Cinema. Gracias a esta unión de ciencia y cine se ha simplificando la búsqueda de asesores y ayuda a facilitar los conocimientos técnicos en el platou de filmación.
Para Kirby, los asesores científicos se tienden a dividir en tres categorías:
- En primer lugar, están los nombres que generan publicidad, como es el caso del físico Brian Greene, quien trabajó en la película de viajes en tiempo del 2006, donde participo Denzel Washington y que se llamó Déjà Vu.
- En segundo, investigadores de fácil acceso que pueden seguir una gran variedad de temas, como es el caso del genetista Afamadla Rutherford, quien prestó sus conocimientos para la película de ciencia ficción Annihilation y Ex Machina, de Alex Garland.
- Aficionados a ciertos temas, como el profesor en física teórica, Clifford Johnson, consultor en la película del 2020, Plan Spring. Tan aficionado a los viajes en el tiempo, que ayudó a perfeccionar la física en la película el Día de la marmota.
Para la tan famosa serie de televisión Expedientes Secretos X , Anne Simón, llegó a este proyecto por casualidad. El creador, Chris Carter utilizó sus conocimientos en biología y le pidió ayudando a revisar los guiones para que las historias fueran creíbles, ya que anteriormente no se comprobaban los hechos, y los estereotipos negativos de los científicos locos afectaban la credibilidad de las historias.
Gracias a esta serie, la influencia de Simón y del personaje de Dana Scully, se creó el efecto Scully, que provocó que muchas jóvenes mujeres decidieran tomar carreras científicas, y su número se incrementó drásticamente. Entonces, en conclusión, la imagen de los científicos ha cambiado de forma positiva e incluye a toda una generación.
