El Lago de Maracaibo es uno de los más grandes de América del Sur, con una extensión de 13,000 Km2 en el noroeste de Venezuela, y el segundo más antiguo del planeta, entre 20 y 36 millones de años. Se llenó de agua dulce hace miles de años, pero actualmente es un “lago estuario” que conecta con el Golfo de Venezuela y el Mar Caribe por un estrecho, que se expandió significativamente entre 1930 y 1950, debido al dragado, para lograr el tráfico de barcos.

“Congo Mirador”, pueblo hundido en el Lago de Maracaibo
Foto: Twitter @NASAEarth

En septiembre pasado, la NASA obtuvo imágenes satelitales en las que se ha podido descubrir como el “Congo Mirador”, famoso por estar dentro de la llamada “capital mundial de los relámpagos” quedó hundido bajo sus aguas, arrastrado por sedimentos del río Catatumbo, que nace en la vecina Colombia.

Se puede observar cómo el lago se arremolina con tonos verdes y grises, trazando el flujo de corrientes y remolinos, esos colores eran algas y las fugas de petróleo, ya que es sabido que bajo las aguas del Maracaibo se encuentra una de las reservas más grande de petróleo del mundo.

Años atrás, en el Congo Mirador crecían peces, árboles de plátano y ganado que pastaba por sus tierras, sus pobladores lo consideraban un pueblo idílico, con viviendas construidas sobre estacas dentro de sus agua conocidas como palafitos, que se apreciaban como si flotaran sobre sus quietas aguas.

Con su cauce natural alterado para la irrigación de fincas, el río fue arrastrando plantas acuáticas y lodo hasta tapar al pueblo, ahora todo lo que ha quedado de este olvidado lugar son los pilotes de lo que una vez fue un sanatorio local, y las casas que todavía quedaban, fueron desmanteladas, quedando así un pueblo fantasma, de las 200 familias que habitaban ahí, solo quedan unas 10, por lo que alrededor de 700 personas migraron a tierras cercanas.

Son muchas las historias de algunos pobladores del Congo Mirador, unos se aferran a no ver morir su pueblo natal, y la mayoría, sin opción alguna, prefieren emigrar a lugares más seguros.

Este es tan solo un ejemplo más del gran daño que le hacemos a nuestro planeta, si seguimos sin hacer conciencia de que es el único que tenemos, el día de mañana también los seres humanos estaremos en extinción.