“Éramos felices y no lo sabíamos”. Es una frase que se escucha mucho en Venezuela y que está plasmada en el título de un libro cuya autora es Melba Escobar. En este libro, Melba relata la experiencia que tuvo en los cuatros viajes que hizo entre Colombia y Venezuela en tiempos muy complejos.
La periodista y escritora Colombiana describe la relación de ambos países como dos siameses que fueron separados al nacer. Esta es la descripción que ella hace de la semejanza de que existe entre ambas naciones hermanas. Y como muchos hermanos, colombianos y venezolanos tienen relación es muy compleja, especialmente ahora; con el éxodo masivo que está sucediendo en la nación petrolera, a raíz de la situación política que atraviesa.
A raíz de este éxodo, la escritora realizó cuatro viajes a Venezuela para comprobar qué está motivando a una gran cantidad de venezolanos a abandonar su país.
El primer viaje lo realizó en junio de 2019, a Caracas. El segundo lo hizo a Maracaibo, la segunda ciudad más importante de Venezuela; en el tercero fue a San Cristóbal una ciudad fronteriza con colombia. Y en el último, en febrero del 2020, regresó a la capital, Caracas, haciendo una parada en Barquisimeto, una de la ciudades más pobladas de la Región Centro-occidental.
Ella narra, que si uno vive en Bogotá, es bastante fuerte la transformación que comenzaron a ver en los últimos años respecto a la migración. Una realidad colombiana, de la que antes no se había percatado. Pero según cuenta, no lograría comprender esa realidad por completo, si sólo se conformaba con mirarse el ombligo sin mirar hacia afuera.
“La llegada masiva de Venezolanos me llevó a pensar en lo cerrados y parroquiales que somos los colombianos. Y es porque aquí la migración ha sido completamente nula en la historia, a diferencia de venezuela que estaba acostumbrada a la inmigracion colombiana”
Relata Melba Escobar.
Hay personas que viajan para poder contarlo, y se produce ese género menor, la crónica de viajes. Hay otras que nos lo hacen saber, y entonces lo escriben. Esto es sin duda, lo que hizo que Escobar se interesara apasionadamente sobre el misterio contemporáneo “Venezuela”..
Este es un relato de una escritora que decidió sobreponerse a la idea de seguir observando a su país vecino desde una distancia cómoda y decidió implicarse. Narrando de una forma curiosa los muchos encuentros y desacuerdos entre ambas naciones.
Escobar no habla de ideologías, ni intenta hacer una tesis política sobre las causas de la llamada Quinta República, muy nombrada por Hugo Chavez Frias, al ganar éste las elecciones de 1998. Es una descripción de los personajes que su autora fue encontrando en cada uno de sus viajes a Venezuela, entrando por diversos puntos geográficos como la Guajira o Cúcuta.
La migración venezolana ha alcanzado una cifra enorme en los últimos cinco años. Y una de las inquietudes es saber cuáles son los “idos” y quienes esos quedados, como se llaman ellos mismos; a veces en serio, a veces en broma.
A través de brillantes diálogos, este libro está lleno de belleza, humanidad y respeto por el ser humano. Por ese otro que, como nosotros, sufre, se contradice; ese que quiere irse y el que decide quedarse.
Ha querido plasmar en sus líneas, al hombre de barrio, que cree en el sistema actual; al de clase media que decidió quedarse y los migraron buscando otras oportunidades. Personas como cualquiera de nosotros, que dejan atrás sus vidas con todo lo que eso significa. Y llegan a decir en conversaciones familiares “Qué felices éramos y no lo sabíamos”.
