Esta cultural siempre ha sido vista, desde esta parte del mundo, con algo de misticismo, ya que gran parte de su filosofía se basa en cultivar la armonía del cuerpo-mente. Aquí no sólo podemos mencionar Japón, Corea o China, también tenemos que nombrar a la India.
Por ejemplo, hay que decir que este país, uno de los más poblados del planeta, celebran su año nuevo siguiendo el calendario lunar hindú.
Esta costumbre la comienzan realizando grandes hogueras e incluyen baños rituales. Para millones de peregrinos que se bañan en el río Ganges, el cual fluye entre la India y Bangladesh, el objetivo es purificarse y limpiar su karma de cara a la próxima reencarnación. Cada año, personas de todos los rincones de la India, viajan hasta allí hasta llegar a colapsar todo medio de transporte.
En el caso de los japoneses, la celebración de la navidad es totalmente diferente a la que conocemos por estas latitudes. Sí es cierto que las decoraciones en este país iluminan sus avenidas, pero el día de navidad no es considerado como un día festivo nacional de manera oficial, ya que el cristianismo en Japón sólo lo profesa un 3% de su población.
El 25 de diciembre ellos trabajan y van a la escuela como en cualquier otro día, pero la última noche del año se transforma en una cena para dos, y lo llaman Omisoka o Gran día final del año. También acostumbran a hacer una gran limpieza general a sus casas, aunque esto para mí, en lo personal, no me parece nada extraño ya que yo lo practico en mi hogar. Lo que sí hacen de especial es su sopa de fideos.
Al comenzar el año nuevo suelen visitar el santuario sintoísta más cercano a su hogar, y lo que consumen casi de manera ritual son los fideos Toshikoski soba; hechos a base de trigo sarraceno o alforfón, que para estas fechas se cree que pueden asegurar la prosperidad y la longevidad a quien los consuman. Esa es una de las razones de por qué este tipo de fideos son más largos de los que comemos habitualmente; se consumen antes de ir a los templos budistas o sintoístas y para allí celebrar el año nuevo.
Seguro que has tenido la oportunidad de entrar a un negocio japonés o has tenido la fortuna de visitar este bello país y has escuchado la expresión “Irasshaimase“, una de las más fáciles de aprender del Japón, la cual significa bienvenido/a o “¿en qué puedo ayudarle?”, utilizada exclusivamente por todos los empleados, cada vez que un cliente entra en sus negocios.
Seguro que habrán más curiosidades y que estaré muy complacida de contárselas en otras notas sobre estas culturas tan lejanas de las nuestras.
