El legado de hemofilia de la reina Victoria de Inglaterra

La reina Victoria de Inglaterra, que a la edad de 18 años ascendió al trono, en 1837, lo hizo sin saber que dejaría una enfermedad que no conocía a sus descendientes, y podría ser catalogada como la marca que los identificaría en la historia, esta enfermedad no es otra que la hemofilia y sería transmitida a varias generaciones, y por supuesto, varias casas reales llevarían en su sangre la temida enfermedad.

En la época Victoriana fue una enfermedad de la que no se tenía ninguna información y era considerada como “regia”, el nacimiento de Victoria no mostró síntomas, ni ella ni sus padres, no sería hasta el nacimiento de su octavo hijo, Leopoldo, en 1853, cuando los síntomas que comenzó a presentar dispararon las alarmas. Fue entonces que el médico de Palacio, el doctor, James Clark, logró diagnosticar la causa, y fue entonces cuando la palabra hemofilia apareció, pero sin saber cómo atacarla. Esta enfermedad fue descrita a finales del siglo XVIII, pero no sería hasta el siglo XIX que se tendría algún conocimiento sobre ella. Leopoldo logró sobrevivir por los cuidados de los médicos, hasta los 31 años de edad, cuando murió a consecuencia del deterioro de su salud.

Solo se sabía que los hombres la padecían, pero eran las mujeres quienes la transmitían sin padecerla y sin saberlo. Leopoldo murió a consecuencia de una caída que le produjo un derrame cerebral, ya él estaba casado con Elena de Waldeck-Pyrmont con la que tuvo una hija llamada Albany, quien portaría la hemofilia a sus hijos, y de ahí surgieron más descendencias a las otras casas reales, como Irene, que aportaría la enfermedad a la casa real de Prusia, y Alejandra la Zarina de Rusia, por su matrimonio con Nicolas II, lo heredó a su hijo, Zarivich Aleksei; la hija menor de Victoria, la princesa Beatriz, quien se casaría con Enrique de Battenberg, en 1885, a su vez le fue transmitida a su hija Victoria quien sería reina de España por su matrimonio con Alfonso XIII.

Fue entonces que la descendencia de la casa real española la heredaron los dos hijos de la pareja, Alfonso y Gonzalo, ambos muertos en accidentes automovilísticos, Alfonso en Miami, a los 31 años y Gonzalo de igual manera, como resultado de otro accidente muriendo dos días después por hemorragia abdominal.

Por culpa de este legado de hemofilia varios linajes principescos tuvieron problemas políticos en las casas reales, a consecuencia, la comunidad médica, tras varias décadas de investigaciones logró identificar el origen, desarrollo y control de la enfermedad.

Se trata de conocimientos que la historia no ayuda a entender sobre este tipo de padecimientos, los cuales, por fortuna, puede decirse, ya existe un control para sobrevivir.