Cuando piensas en los expedientes X, seguro también te viene a la mente la oración “encuentros cercanos de tercer tipo”, común en algunas películas de ciencia ficción, pero estos expedientes no solo hablan de ovnis, porque abordan otros hechos extraordinarios, como dispositivos que servirían para hacer viajes en el tiempo, o aquellos utilizados para la propulsión antigravitatoria y armas aeroespaciales, que han sido de interés para el Pentágono; tanto que sus diversas investigaciones fueron utilizadas para poder desarrollar tecnología absolutamente destructiva.

La revista digital llamada Magazine Digital Vice, que publicó un grupo de documentos entregados por el Pentágono, menciona que se trata de un total de 51 archivos los cuales sumarían 1.600 paginas, y cuya información es tan variada como desconcertante.

Esta información fue presentada en otros portales digitales, entre los que se pueden nombrar al The Black Vault, así como el británico The Sun. Y debido al bombardeo de información y la variedad de esta, se confirmó que dichos documentos habían estado en discretamente en manos del Gobierno de los Estados Unidos.

El Pentágono desclasifica los expedientes x
foto Ramiro Barreiro

En ellos se hace mención a que existen máquinas del tiempo, biomateriales, aparatos de invisibilidad e investigaciones de energía libre con pretensiones inimaginables; bombardeos nucleares en la luna, para extraer metales exóticos, dispositivos antigravitatorios capaces de alterar el espacio-tiempo y un largo etcétera.

El Pentágono desclasifica los expedientes x
foto BBC.

La editora del artículo al que hacemos referencia, Anna Merlan, se ha dedicado a escudriñar cada uno de estos documentos, sobre todo de los más importantes y que tienen más tela que cortar, como el caso de los viajes en el tiempo. En estos documentos se pueden analizar las discusiones confidenciales sobre los pro y contras, y de las teorías detrás de la tecnología allí nombradas.

Si señores, todos estos documentos solo hablan de suposiciones con muy poca credibilidad, por lo que al carecer de importancia real, el Pentágono no consideró que tuvieran que tener un control más estricto sobre la información, llegando a considerar que estos folios estaban basados en solo especulaciones y teorías.

Esto no quiere decir que no existieran creyentes, entre estos algunos personajes en altos cargos del Gobierno de los Estados Unidos, como el senador Harry Reid, responsable de la creación de algunos programas de investigación, y que cuya preocupación se basaba básicamente en la tecnología allí mencionada, como la aeroespacial y el peligro que esta supondría para los Estados Unidos.

Estos peligros serian: la propulsión, la generación de energía, la integración de diversas tecnologías; el armamento basado en la radiofrecuencia dirigida y los efectos que estos tendrían en los seres humanos. ¿Qué podemos decir? Solo que nos tocaría a esta generación seguir esperando por saber la verdad detrás de todos estos temas.