Lady Kitty Spencer de 30 años, hija del Conde Charles Spencer y sobrina de Diana de Gales; en ausencia de su padre, contrajo matrimonio el pasado 24 de julio, en la capital italiana, Roma, en un palacio escogido para la ocasión, con su novio, el multimillonario sudafricano de 62 años, Michael Lewis. Una espectacular boda esperada por la aristocracia británica, que se realizó bajo la religión judía, ya que Kitty cambió de religión para poder contraer matrimonio con su ahora esposo.
Algo que causó sorpresa fue que su padre no la entregara en el altar, sino sus hermanos, Louis Spencer y Samuel Aitken, levantando así muchos rumores sobre su ausencia. En una entrevista previa, Charles comentó que sufría de una dolorosa lesión en su hombro que limitaba su movilidad, y su doctor le había recomendado no realizar viajes. Se puede suponer que éste fue el motivo de tan comentada inasistencia.
Un par de días previos a la boda, Charles Spencer publicó una foto en su cuenta de twitter en su mansión de Althorp, lo que indicaba que no asistiría a dicha celebración; ya que en Italia como parte de sus medidas sanitarias, pide a los viajeros de ciertos países aislamiento por 5 días para entrar a su territorio.
Entre otras curiosidades y también muy esperadas, el que ella luciera la ‘tiara de la familia Spencer’, la cual tiene un siglo de antigüedad, y que ha sido usada por la madre de Diana de Gales como por sus dos hermanas, y por la madre de Kitty cuando se casó con el entonces heredero de la familia Spencer; sin embargo, Kitty no la portó en ningún momento, y aunque hay algunas teorías del porqué decidió no usarla, ella no se ha pronunciado al respecto.
Para ese día tan importante, Kitty utilizó 5 vestidos, todos creaciones de los diseñadores de la firma italiana Dolce & Gabbana, hechos a mano exclusivamente para ella. Como vestido principal destaca el ‘nupcial’, blanco inspirado en la época victoriana, elaborado en encaje blanco con cuello alto, tipo corsé, con hombreras luminosas, y un velo extra largo bordado de tul. Su cabello recogido en un moño, su maquillaje de colores neutro y terminando con un par de pendientes de diamantes. De los mismos diseñadores, el vestido azul de tul con bordados de flores en punto de cruz, así como el que lució de color verde con estampado de flores, o el blanco con aplicaciones bordadas con detalles metálicos, fueron realmente impactantes. Pero el último, dorado con plateado, con sus accesorios de lujo de gran tamaño, fue lo que terminó por completar su puesta en escena en el día más importante de su vida.
Del novio, ahora esposo podemos comentar que es un prominente magnate de la moda, es director textil de Foschini LTD, proveniente de una familia del mundo empresarial, divorciado y con tres hijos de edad adulta.
Sin duda alguna fue una boda de ensueño, aunque muy cuestionada por la ausencia de su padre.
