La lucha en contra de la gordofobia ha regresado, esto desde una plataforma digital llamada Stop Gordofobia y de mano de la filósofa Magdalena Piñeyro de 35 años, quien es la pionera en la lucha contra la discriminación que están sufriendo las persona con sobrepeso. Claro esto es debido a los cánones de belleza que la sociedad y la industria del entretenimiento han proclamado en todo los niveles y que a su vez proyecta.

Hace poco se estrenó una película que habla sobre este tema, no la he visto pero sé que su protagonista es Brenda Fraser. Esta escritora esta reivindicando el derecho de las personas gordas a ser felices, para que no lleguen a ser tratadas como anomalías.

Todo esto surge a raíz de muchas experiencias vividas en primera persona, por ejemplo escuchar que te griten desde un carro en movimiento: “gorda de M…..”; “ya no sigas comiendo papas fritas”, o “esa ropa no te quedará”. Estas fueron algunas de las situaciones por las que Magdalena tuvo que pasar.

Uruguaya de nacimiento pero radicada en las Islas Canarias desde hace 15 años, Magdalena es autora de varios libros como: Stop Gordofobia, 10 gritos contra la gordofobia, La Guía básica sobre la Gordofobia y de Un paso más hacia una vida libre de violencia, del Instituto Canario de Igualdad en 2021.

Lo que puede provocar la gordofobia

Entre las discriminaciones que pueden sufrir las personas que son blanco de la gordofobia están: el que tienen menos acceso a empleos, altos indice de ansiedad, depresión y aislamiento social, incluso pueden tener problemas para formar una familia. Las personas con sobrepeso son propensas a dejar los estudios, la mayoría de las veces debido al bullying y al acoso en las calles. En su caso particular, en su adolescencia, Magdalena no conseguía ropa, y es debido a esta experiencias que se convirtió en una activista contra la discriminación hacia las personas que, como ella, tienen sobrepeso.

En el caso de España este término todavía no es muy utilizado. Magdalena vio que después de abrir la página, la palabra “gordofobia” se convirtió en un Boom y en poco tiempo la siguieron alrededor de 100.000 personas, junto con el agradecimiento de muchas de ellas, porque por fin alguien le puso un nombre a lo sufrían.

Y es que todavía tenemos en nuestras cabeza que las personas con sobrepeso son menos guapas, flojas y sedentarias. O se nos olvida que tal vez somos gordos por una serie de circunstancias sociales, culturales, genéticas o económicas que configuran nuestro cuerpo, y no porque “no nos esforzamos lo suficiente”.

Para Piñeyro no se trata solo de fomentar el amor propio, ya que esto situaría toda la responsabilidad en un sólo individuo, porque ellos solos no pueden luchar contra una sociedad que constantemente está lanzando mensajes de odio, y es por ello que tiene que haber un cambio social y esto tiene que salir de la crianza tanto en el hogar como en las escuela y universidades.