Este director japonés, considerado “el Sensei” del anime, ha realizado por décadas un lazo entre la realidad y la fantasía. Nació un 5 de enero de 1941 en Tokio, se graduó en Economía y Ciencias Políticas en la Universidad de Gakushuin, uno de los centros educativos más importantes de Japón, amantes de los cómics; se casó en 1965 con la dibujante, Akemi Ota con la que tuvo a sus hijos.

A mediados de los años 60 se unió a un estudio de animación llamado Toei Animation, y ahí conoció a su socio, Isao Takahata. Junto con él, en 1971 dejaron la productora y comenzaron con otros estudios; sería en el año 1979 que dirigió su primera cinta llamada “Lupin III, el Castillo De Cagliostro”; para 1984, hacía su segunda película llamada “Nausica Del Valle del Viento”, la cinta llamada “el Castillo en el Cielo” la realizó en 1985 con el estudio que fundó y al que llamó Studio Ghibli, siendo este su primer proyecto.

Miyazaki y Takahata fueron productores de dos de sus más importantes cintas. Estas fueron “Mi vecino Totoro” (Meyazako) y “la Tumba de las Luciérnagas”.

Hayao Miyazaki y el anime
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Podríamos decir que sus filmes animados están llenos de espiritualidad, con criaturas fantásticas que han hecho sentir a los fanáticos de los anime de cierto modo, que se vean reflejados con los temas tan humanos, como los sentimientos, al sufrir, amar, la empatía y la fuerza de voluntad.

Sobre cómo el productor enfoca su cine, es dándole una características de la religión Sintoísta, con sus símbolos y su folclor, ya que esta religión asume que en todos lados hay espíritus, que merecen respeto, dando a entender que la divinidad existe en todos los seres vivos.

Hayao Miyazaki y el anime
Foto: Studio Ghibli

Y es que los recuerdos de su infancia fueron del terror que vivió por la guerra, y es por ello que en sus películas ha dejado mensajes pacifistas, así como los temas medio ambientales, y sobre el empoderamiento de la mujer, una de las razones que se ha aclamado por las activistas que luchan por esta causa.

Miyazaki siendo un observador, no le ve sentido a usar dibujos que no tengan espíritu, es por ello que a su equipo de colaboradores les exige que cada personaje proyecte espíritu. Sus historias comienzan con uno o dos dibujos y de ahí empieza a crear la historia que imagina, y cómo termina.

Hayao Miyazaki y el anime
Imágenes | Akira Cómics

Siguiendo con su historial de películas que no quise dejar por fuera destacan: La princesa Mononoke en 1997, que gustó mucho al público estadounidense, para el año 2001 y con la que obtuvo un Oscar, así como el Oso de Oro en Berlín, como mejor película animada. Fue El Viaje de Chihiro, que este mismo año estableció el museo Ghibli junto con Tokuma Memorial Cultural.

El increíble Castillo Vagabundo lo estrenó en el 2004, así como Ponyo y el Secreto de la Sirenita en el 2008. Su última película del 2013, llevó por nombre El viento se Levanta, y sería en el 2014 que recibió el Oscar honorífico por su trayectoria. En la actualidad está sumergido en su último proyecto llamado How Do You Live.