Ya muy cerca de salir de prisión, el investigador biofísico de origen chino, He Jiankui, quien fuera profesor en el Departamento de Biología de Ciencia y Tecnología del Sur, en Shenzhen China es, para muchos, una replica más actual de aquél legendario personaje de terror creado por la escritora inglesa Mary Shelley, allá por los años 1818.

Pero ¿Por qué es una versión moderna del doctor Frankenstein? pues, porque fue el creador de los primeros bebés modificados genéticamente en el mundo.

Estos famosos bebés que nacieron en el 2018, a la fecha, se sabe que están creciendo en el más absoluto secreto bajo la vigilancia del gobierno chino, pero han vuelto a ser noticia porque el padre de este experimento está a punto de salir de la cárcel. Es así como el Dr. He Jiankui vuelve a las primeras plana de los diarios.

He Jiankui el Frankenstein moderno
Foto wikipedia

Este caso puso a prueba la legislación sobre las investigaciones que se pueden realizar con fines de proteger a los niños, pero se piensa que este científico buscaba algo más que eso. Las investigaciones que este biofísico realizó sobre la manipulación del ADN de estos dos embriones, fueron realizadas con la intención de que fueran resistentes al SIDA.

Estos embriones fueron implantados en una joven que, en el año 2018, dio a luz a dos gemelas que se convirtieron en los primeros humanos modificados genéticamente en un laboratorio. Sin embargo, creyendo erróneamente que su investigación sería aplaudida por la comunidad científica, He jiankui recibió el efecto el trato opuesto, pues la comunidad puso el grito en el cielo. Es allí cuando las autoridades chinas lo condenaron a 3 años de cárcel y a una multa de 380.000 euros.

De las gemelas llamadas Lulu y Nana, solo se sabe su edad, ya que su custodia -por darle un adjetivo- la tiene el gobierno chino, que manejan todo lo referente a ellas como un secreto de estado. Tanto así que la poca información que se ha podido obtener de ellas ha sido gracias a un historiador de la Universidad Estatal de Arizona, llamado Benjamin Hurlbut, que llevó acabo una investigación indirecta del el entorno del biofísico chino He Jiankui.

Aparentemente las niñas están bien y sanas, claro que esto está aún sin confirmar; pero el interés que se tiene sobre ellas no cesará, ya que la medicina siempre buscará la manera de obtener información fiable sobre lo que ha sucedido con estas gemelas, pues muchos piensan que puede determinar el futuro de la medicina reproductiva.

La pregunta que muchos de estos científicos se hacen es si las técnicas utilizadas pueden llegar a evitar enfermedades que hoy en día son incurables, tanto si favorecen a la salud, como si es todo lo contrario, de cualquier forma es bueno saberlo y con ello podrían evitarse de manera definitiva.

He Jiankui el Frankenstein moderno
Foto hispanidad.com

El método utilizado por Jiankui fue el CRISPR-CAS9, una especie de tijera genética que permite cortar el ADN en lugares concretos. Esta técnica permite retirar un gen especifico o añadir nuevas secuencias en el punto de corte; con esto los científicos pueden crear a voluntad desde bacterias y plantas hasta animales modificados.

Y es que esta fue la gran excusa que este científico dio, ya que según él fueron creadas para prevenir el VIH, y para ello habría desactivado un gen, el CCR5, que hace a las células inmunitarias humanas vulnerables al VIH. En el caso de Nana, se manipularon ambas copias del gen (todos tenemos una pareja para cada carácter); en Lulu, sólo una de las copias, por lo tanto, la niña no estaría completamente protegida.

Pero nadie sabe en realidad qué hizo este científico. Para algunos de sus colegas “El embrión humano repara los extremos cortados, sin respetar la secuencia previa”. Estas niñas han sido monitoreadas frecuentemente pero nada de esto sale a la luz. La noticia aterró a sus padres y temían que la identidad de ellas fuese revelada.

La expectativa está en el aire ahora que está por salir en libertar el científico Jiankui, luego de cumplir condena este próximo mes de marzo, y es posible que siga sin revelarse nada.

Fuente revista XL semanal