Tras una lucha de 7 años en los tribunales belgas, fue finalmente reconocida como hija ilegítima del entonces rey de los belgas, Alberto II, el cual abdicó en el 2013, tras verse en la obligación por la batalla del proceso de la prueba de ADN solicitada por Delphine Boël, ahora de 53 años, fruto de su relación extramatrimonial del entonces príncipe heredero Alberto II, con la baronesa Sybille de Selys Longchamps y que tuvo una duración de 18 años.

La baronesa estaba casada con un noble industrial Jacques Boël, cuyo matrimonio terminó con divorcio cuando Delphine tenía 10 años. Toda esta historia sale a la luz cuando en una biografía no autorizada, de la no tan tranquila princesa Paola, trascendió la infidelidad del príncipe Alberto y de cuya relación existe una hija ilegítima del heredero a La Corona.

Delphine y su madre no hicieron comentario alguno sobre los rumores, caso contrario del palacio, que lo desmintió catalogándolo como rumor. No fue sino hasta el 2005 que ellas afirmaron que dichos rumores eran ciertos, se llegó a decir que Alberto y Paola estuvieron a punto del divorcio; ya que tanto la baronesa como su hija se mudarían a Inglaterra y que ella impidió que sucediera para así evitar un conflicto de consecuencias fatales políticamente.

Delphine escuchó de su madre a la edad de 17 años la verdad sobre su padre biológico, que era el rey de Bélgica, y optó por mantener silencio, pero a la edad de 33 años decidió llamarlo por teléfono y la respuesta del rey fue “No vuelvas a llamar nunca más. No eres mi hija”. En el 2013, el entonces rey abdicó al trono en favor de su hijo mayor Felipe, y fue cuando decidió formalizar su petición de paternidad con una prueba de ADN, con la cual se terminaría por comprobar que era su hija; pruebas de las que se negó en varias oportunidades hasta que un tribunal lo exigió. Ya en 2019 una corte estipuló que efectivamente era verdadera esa afirmación, y que debía dar 5 mil euros por cada día que se negó a realizarse la prueba de paternidad.

Le fue otorgado el título de princesa a ella y a su hijos; sin embargo, la ahora Alteza real Delphine de Sajonia-Coburgo-Gotha, princesa de Bélgica, no puede ni ella, ni sus hijos, estar en la línea de sucesión al trono por ser una hija de una relación fuera del matrimonio. La aparición en un acto público se realizó en la Fiesta Nacional, donde acudió por invitación de su medio hermano el rey Felipe de Bélgica, y ocupó un puesto de honor junto a su esposo y sus otros dos medios hermanos, el príncipe Laurent y la princesa Astrid archiduquesa de Austria-Este.

Hija fuera del matrimonio fue nombrada “Princesa de Bélgica”
Instagram: @belgianroyalpalace

Lo que podemos decir es que todas las monarquías europeas tienen sus secretos y largas historias, estamos seguros que seguirán dando de qué hablar.