Hablar de estos dos platillos tan queridos para venezolanos y mexicanos es complicado, pero trataré de dar una noción de lo que sé de ambas delicias culinarias. Como buena venezolana comenzaré por hablarles de la hallaca, si le preguntas a mi yerno te dirá que es “un tamal oaxaqueño mal hecho”, no más equivocado en su apreciación y seguramente dirán, “no le contestaste”, por supuesto que lo hice.

Y es que cada uno de estos alimentos tiene sus características, de la hallaca venezolana, existen muchas versiones así como del tamal, en ambos se utiliza harina de maíz, con relleno del gusto de tu preferencia, pero generalmente puedes usar los tres grupos, carne de cerdo, carne de res o de gallina, envueltos en hojas de plátano o de bijas.

¿La Hallaca o el Tamal?

La hallaca venezolana

La hallaca se cocina en agua hirviendo y el tamal en vapor. De manera que, la hallaca no puede ser comparada con el tamal, el famoso escritor, historiador e intelectual venezolano, Arturo Uslar Pietri en su ensayo:“La hallaca como manual de historia”, publicado en 1954, decía lo siguiente:

“La cubierta de hojas de plátano es el negro y el indio abriendo un cortejo de sabores encerrados dentro de una cubierta de maíz. La carne de gallina, las aceitunas y las pasas recuerdan a España. El azafrán (eventualmente o achiote se convirtió en el colorante de preferencia), para darle color a la masa y las almendras que adornan el guiso nos muestran los siete siglos de invasión musulmana en la Península Ibérica. La búsqueda de las caravanas europeas hacia el oriente esta presente en las especies usadas como condimento”.

El primer registro de la palabra aparece en 1583, para muchos historiadores el término pudiera venir de los indígenas timoto-cuicas, nativos de los Andes venezolanos, el cual era “ayaca” para definir al envoltorio contenido en la masa, pero se dice que serían los antecesores de nuestras “Hallaquitas”, quienes dieran significado en Navidad.

Como plato la hallaca ya existía en el siglo XVIII, y de acuerdo con nuestro gurú gastronómico así está referido en los archivos del Convento de Monjas de la Concepción en Caracas. La hallaca es una elaboración familiar y toma 2 días hacerlas, ya que se empieza elaborando el guiso un día antes, al siguiente se arma la hallaca, y es donde la familia se prepara con vestimentas apropiadas de aseo y se coloca música de decembrina, la típica Gaita Maracucha para animar a la familia en la elaboración de este delicioso plato navideño por excelencia.

El tamal mexicano

Para historiadores éste es más rústico, es como un bollo relleno, no muy elaborado, colocado en una masa no moldeada, ni estirada o aplanada, y gruesa, todo lo contrario de la hallaca, es un alimento Mesoamericano preparado con masa de maíz, relleno con diversos ingredientes, como carnes, vegetales, chiles, frutas y salsas. Este preparado se envuelve en hojas de maíz, plátano, bijao, maguey, aluminio o plástico, son cocidos al agua y a vapor.

¿La Hallaca o el Tamal?

Se cree que su origen mesoamericano data entre 8000 y 5000 a.C, ya que las culturas de esta región llevaron el maíz y su forma de cocinarlas a otras culturas, es parte de su herencia prehispánica donde lo emplearon para rituales como ofrendas. Existen 500 variedades de tamales, pero solo 11 son los más consumidos. Sus rellenos más exóticos varían entre carne de pavo, rana, flamenco, ajolote, tuza, conejo, pescado, miel, huevos de pavo, frutas, calabazas y frijoles.

Entre las variedades de tamales están:

Oaxaqueños, Chaya, Zacahuil, Corundas, Mucbil Pollo, Dulce,

Canarios, Chiapanecos, Chipilín y Veracruzanos.

La diferencia entre la hallaca y el tamal, es que la primera se prepara en época decembrina, y los tamales se elaboran todo el año.

Los dos platos son deliciosos, y he tenido la dicha de poder degustarlos, aunque mi preferencia por la hallaca no cambiará, el tamal mexicano con su toque picante en la salsa es delicioso para los que les gusta.