La película “Cabaret” fue una revolución para el cine de Hollywood. Un musical con una narrativa audiovisual que fascinó a la crítica y que fue aplaudido por la audiencia.
Para el tiempo de su estreno, dos eran las películas de las que hablaba todo el mundo y eran muy diferentes entre sí. Estas fueron “El Padrino” y “Cabaret”; la primera resultaba ser todo lo contrario a la segunda, pues buscaba resaltar el protagonismo de sus héroes, los gánster, y cuyo director fue el legendario Francis Ford Coppola. “Cabaret” de Bob Fosse, por otro lado, buscó demostrar la decadencia, y representar la esperanza de poder vivir tiempos mejores.
Para el cine, Cabaret resultó ser un referente para aquellas películas con temáticas musicales, en donde la intención era consolidar el espectáculo y la sensibilidad. Esta cinta se basó en la historia de Sally Bowles, Brian Roberts y el triste personal de un Kit Kay club. Pero, al mismo tiempo se enmarca en el ambiente previo al ascenso del autoritarismo alemán de los años 30, tocando también el tema de la búsqueda de la identidad y el deseo de definir el amor.
Loa musicales fueron el punto y guía de los conflictos en lo que a los movimientos sinfónicos se trata, además de que tenían una profunda raíz en el jazz. Toda la película transcurre en una simple taberna que alcanzó fama por presentar espectáculos nocturnos, donde la música, el baile y la sátira o parodia eran temas retadores en esos tiempos.
Para el público era una especie de catarsis el poder ver a los protagonistas ridiculizados, algo que era parte del contenido de estos musicales. Pero si damos un vistazo a la historia, el primer cabaret famoso fue Le Chat Noir (“El gato negro”) el cual se encontraba en el barrio de Montmatre, en París. Este tipo de establecimientos fueron considerados por el público de aquél entonces, como una especie de santuarios del arte contemporáneo.
En la actualidad los nombre como Folies Bergère, Batallan y Moulin Rouge son sinónimos e iconos del entretenimiento nocturno, donde la vida bohemia y la donde la fantasía te llevan al Midnight (La medianoche) en París. La Alemania de los años 30 fue la capital mundial del cabaret, y la joven República de Weimar dió el espaldarazo que ayudó a nutrir las artes.
La cinta Cabaret no fue una película musical ordinaria, y para muchos el secreto de su éxito fue dejar el cliché a un lado, y en lugar de exudar felicidad desbordada, aquí se profundizaba las emociones de los personajes logrando con ello llegar a los corazones sombríos de aquella época. La idea era contarnos una historia de libertad y que el mundo supiera que podía perderse, pero que aún así había la posibilidad de poder seguir adelante, ya que la idea era decir que la vida es un Cabaret.
Esta cinta fue protagonizada por Liza Minelli que le dió vida al personaje de Sally, y al principio había sido rechazada, pero con este papel pudo tener su revancha en la industria del cine y logró demostrar que el resultado de su actuación fue realmente fenomenal.
El cine seguirá dejando huella con cintas que traspasan la prueba del tiempo y con temas que dejan un buen sabor de boca.
