Satoru Nomura es muy conocido en tierras niponas, pues es el nombre del líder de uno de los grupos más violentos de la mafia japonesa Yakuza”. Este líder criminal, de 74 años, ha sido condenado a la pena de muerte.

La palabra yakuza es el nombre genérico que se le da a aquellos grupos japoneses que se dedican al crimen organizado, es un equivalente al término mafia. Es un término irónico, haciendo referencia a una mala mano en un juego de naipes, y se podría decir que significa “el perdedor”, para el oeste de Japón estas bandas se llaman “gokudo”, que quiere decir “el camino definitivo”.

En la actualidad, en Japón existen alrededor de 24 grupos reconocidos, con unos 26 mil miembros, y entre estos grupos existe uno llamado “Kudo-Kai”. Uno de los más peligrosos, su líder Nomura, ha estado involucrado en casos muy sonados, como aquel ataque a una fábrica de automóviles Toyota, o el incendio provocado a la residencia de Shinzo Abe, quien luego fuera nombrado primer ministro de Japón. Se dice que dicho ataque fue a consecuencia de un incumplimiento con el pago por la difamación de su rival político.

Bajo las órdenes de Nomura, este grupo ha perpetrado 114 agresiones, la violencia extrema de este clan desde el 2000 es chocante, en especial para los europeos, y es que la imagen de la sociedad japonesa es de un modelo de orden y armonía.

Una de las características de este grupo violento, es que en situaciones rápidas recurre a armas de fuego, instrumentos contundentes y el uso de raticida. La yakuza no atraca bancos a mano armada, sino que desvalija por medio del chantaje o la estafa, o simplemente recurre a los gatos; y es que al parecer en los años 90, 100 miembros de la Inagawa-Kai se plantaron delante de una sucursal bancaria, cada uno llevaba un gato callejero y una moneda de un yen, entraron al edificio y procedieron a retorcer las colas de los gatos, hasta formar un escándalo de mil demonios, al mismo tiempo que abrían una cuenta tras otra con un depósito de un mísero yen.

Al parecer, no estaban haciendo nada ilegal, con la decisión del director del banco, quién autorizó un préstamo para una compañía que respaldaba a esta banda. Los yakuza se sienten muy satisfechos de su capacidad de extorsionar, sin tener que recurrir a la violencia descarada, es un grupo criminal que no se toca el corazón y no andan con tantos miramientos.

El periodista, Jake Adelstein, es quien realizó esta investigación y ha estado cubriendo las noticias sobre los yakuza desde el año de 1992. Siendo él un becario en uno de los periódicos principales de Japón, comenzó a escuchar e investigar, tuvo la oportunidad de conocer a unos cuantos miembros y llegó a ser amigo de algunos de ellos que ya se han retirado del negocio. De manera que han sido buenas y de primera mano las fuentes que ha recibido, pero aclara que en su mayoría son sociópatas y que la mejor opción es no tratarlos. Para realizar este dosier tuvo que hacer algunas visitas, y en algunas de ellas fue atacado con patadas en la cabeza así como en la columna, pero él también respondió al ataque rompiéndole la rodilla a alguno y le lesionó la laringe.

Los ‘yakuza’, el terror de Japón
Callejón del distrito de Shinjuku en Tokio, sitio supuestamente frecuentado por la yakuza. (Wikipedia Commons)

Para resumir, estos grupos no se esconden, ni son sociedades secretas, sí están sometidos a vigilancia policial, son ilegales, pero tienen su propio logotipo que los identifica como un emblema comercial, las cuales son visibles en sus oficinas, y es en forma de diamante de la Yama-guchi-gumi, que es tan conocida como McDonald’s.

En septiembre de 2014, fue detenido Nomura por la policía, pero solo se le pudo juzgar por un asesinato y tres tentativas. Los Yakuza fueron un mal necesario luego de finalizada la Segunda Guerra Mundial, tras un periodo de caos donde las víctimas de la era imperial nipona, coreanos y chinos fueron declarados nacionales de terceros países, y la policía con poco personal, recurrió a ellos por apoyo.