En esta ocasión, me di a la tarea de investigar un poco acerca de este ingrediente tan utilizado en la cocina mexicana, el “chile”, cuyo nombre científico es capsicum.

Bueno, pues empiezo por platicarles que la inquietud de indagar sobre la variedad de chiles, fue al ver en los fogones de la cocina de una familia mexicana que nos abrió los brazos, la forma en que consumían chile en todas sus versiones, en salsas, en polvo o cuando se hace algún guisado. Mi duda surgió cuando le pregunté a mi consuegra y a la señora que nos ayuda en casa, sobre la cantidad de chiles que existen en México, “¡uf!“, una me contestó, y la otra me dijo “más de cien”, y fue ahí que me entró la curiosidad.

Dentro de la gastronomía mexicana, los ingredientes imprescindibles son el maíz, y por supuesto los chiles, ya que en su mesa no pueden faltar la salsa picante y las tortillas. Su cocina se distingue en todo el mundo por su sabor picoso, y es que para el mexicano, ¡si no lleva chile, no tiene gusto!

El Sistema Nacional de Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura (SINAREFI), indica que México cuenta con 64 tipos de chiles distribuidos a lo largo del país, pero que a lo largo del territorio mexicano existen alrededor de 200 variedades criollas. Por su producción, los más usados de forma cotidiana son: el serrano, jalapeño, guajillo, poblano, ancho, güero, pimiento, pasilla, habanero, de árbol y manzano. Pero de igual manera, es común el uso de los chiles secos, y estos son: el chile bolita, cascabel, chipotle, chilhuacle y el morita.

México y su variedad de chiles

Por supuesto, que estos chiles tienen su rango de picor, sabor y color. En México el chile habanero encabeza la lista al ser el más picoso, es el único chile que cuenta con Denominación de Orígen en la Península de Yucatán (Yucatán, Campeche y Quintana Roo), aquí son expertos en su cultivo, y conforme va madurando cambia de color.

Los chiles poseen una sustancia llamada capsaicina, se encuentra en las venas de los chiles y produce una fuerte sensación de ardor en la boca al ingerirlo, nuestro cerebro produce endorfina, y según los amantes de lo picante sienten placer, felicidad y bienestar. Para los que no son tan afectuosos de lo picante en sus comidas y tengan la oportunidad de visitar esta bella tierra, es importante que antes de comer algún guisado o salsa se pregunte qué tanto pica, de lo contrario se darán la enchilada de su vida.

México y su variedad de chiles